martes, 26 de octubre de 2010

Coronilla tonsurada

Todos hemos visto en pinturas y grabados medievales a frailes y clérigos en general con sus cabezas afeitadas. Se cortaban el pelo dejando solo una corona de pelo que rodeaba la cabeza. Con el paso de los años este afeitado se fue reduciendo hasta la típica coronilla tonsurada de los curas.

Pero ¿qué es la tonsura? ¿qué significa?, la respuesta a la primera pregunta es fácil, tonsura, viene del latín tonsum y significa, simple y llanamente, cortar el pelo, y el diccionario nos la describe así:

"1. f. Acción y efecto de tonsurar.

2. f. Rel. Porción tonsurada de la cabeza, ordinariamente de forma circular.

3. f. Rel. Rito preparatorio que precedía a la recepción de las antiguas órdenes menores."

La respuesta a qué significa, es más complicada, o más simple según se mire, ya que realmente no significa nada. Si, efectivamente la cabeza afeitada no es símbolo de nada, es más bien lo contrario lo que tenía un significado social, es decir, estoy hablando de las largas melenas. Y me explico, también a través del arte, podemos seguir las modas a lo largo de todo el Imperio Romano, hay épocas con barba, épocas sin barba, con tocados más o menos elaborados, etc. pero lo que no aparece en las modas masculinas es el pelo largo, eso era un rasgo distintivo de los bárbaros y los "civilizados" romanos huían de todo lo que oliera a aquello. Pero cuando llegaron las invasiones germánicas, la moda cambió y el Mediterráneo se llenó de guerreros con largas melenas. Guerreros y pueblos que, como todos sabemos se hicieron con el poder, imponiendo muchos de sus usos y costumbres. Y he aquí el origen de todo, la melena larga era, para ellos, símbolo de la fuerza y la virilidad del guerrero, por lo que la clase contraria, es decir, la religiosa, comenzó a rasurarse el cráneo, como símbolo  de todo lo opuesto, es decir, de gente pacífica y célibe.

lunes, 18 de octubre de 2010

Beatriz Galindo

Hace un par de años cuando estuve en Copenhague , pasamos por lo que llaman el Barrio Latino, en aquel momento pensé que España, los españoles o al menos los mediterráneos tendríamos algo que ver con aquel nombre de barrio de la nórdica capital, pero mi gozo en un pozo, se llama barrio latino porque era el barrio de los universitarios, es decir, de los que hablaban latín. Esto me hizo preguntarme por el origen del madrileño barrio de "La Latina", ya que  imaginaba que no se iba a deber a alguna discoteca de salsa de la época de la Movida Madrileña. Y efectivamente, "La Latina" era el sobrenombre de Beatriz Galindo.

Beatriz Galindo nació en Salamanca en 1465, era hija de una familia de "hijosdalgo" zamorana muy venida a menos, por lo que el destino de la muchacha era el convento. Para ello sus padres la mandaron a clases de Gramática a una institución de la Universidad de Salamanca. Allí la chica se aplicó de lo lindo y destacó en el aprendizaje del latín, lengua que a los 15 años leía, escribía y hablaba a la perfección, de aquí le vino su apodo de "La Latina". Su fama se extendió por la capital helmántica primero, y por todo el reino después.

Cuando su nombre y su fama llegaron a oídos de la Reina Isabel la Católica, la llamó a la corte nombrándola su preceptora. Y es que la Reina Católica supo rodearse de gente capaz que estaba allí por méritos propios y no por linaje. De tal manera que en su círculo solo tenían cabida castellanos que destacaban por su honradez, moralidad y prudencia y no por su abolengo o alcurnia y todos ellos pasaron por el meticuloso examen previo de la reina en persona.

Estas actitudes de la Corte no gustaban a la nobleza antigua o a algunos sectores del clero, como demostró el arzobispo de Toledo cuando dijo aquello de "Yo saqué a Dª Isabel de la hilar y la volveré a la rueca", y es que, se decía, que el afán de la reina por rodearse de tanto humanista era el de subsanar y/o disimular su poca cultura.

La labor de Beatriz no solo se circunscribió a la reina y darle clases de latín, sino que también ejerció su magisterio con toda la familia real, sobre todo con las hijas de Los Reyes Católicos, y sus consejos eran oídos por la monarca en muchos de los asuntos de gobierno. Esta confianza se hizo notar en los 500.000 maravedíes que los reyes regalaron a Beatriz con motivo de su boda.

En el bagaje de esta mujer, además de su labor cultural está también la fundación del Hospital de "La Latina" y el del Convento de la Concepción Jerónima, ambos en Madrid.

En mi opinión, lo destacable de Beatriz es que, en una sociedad totalmente machista, supo abrirse hueco entre los nombres más ilustres del humanismo español y comparte panteón con Nebrija, Luis Vives o Juan de Valdés. Si no ha pasado a posteridad de una forma tan palpable como estos, es precisamente por este machismo del que hablaba.

En nuestros días llevan el nombre de Beatriz Galindo "La Latina", además del barrio madrileño, varios institutos de enseñanza y colegios, en Madrid, Motril, Bollullos de la Mitación (Sevilla), Marbella y Salamanca. Y estatuas suyas las hay en la Capital y en su ciudad natal.
Para despedir la entrada os dejo con la descripción que de Beatriz hizo el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo:

"... muy grande gramática y honesta y virtuosa doncella hijadalgo; y la Reina Católica, informada d'esta y deseando aprender la lengua latina, envió por ella y enseño a la Reina latín, y fue ella tal persona que ninguna mujer le fue tan adepta de cuantas Su Alteza tuvo para sí"

Fuentes: Web del C.P. Beatriz Galindo de Salamanca, historiademadrid.com y wikipedia

lunes, 11 de octubre de 2010

"Hazañas" Bélicas VI. La Batalla del Cráter

La entrada de hoy va sobre Ambrose Burnside, militar de carrera en las filas de La Unión durante la Guerra de Secesión Americana, y además de esto uno de los mayores incompetentes de la historia militar. Tal era el caso que en 1862 cuando Lincoln le ascendió y le dio el mando del Ejército del Potomac, Burnside expresó al presidente que no se sentía capacitado para dicho mando, y no se puede negar, tenía toda la razón del mundo.

En 1864, Burnside y su ejército se encontraban frente a Petersburg. La guerra se había estancado en un frente de trincheras y Petersburg era lo único que separaba a las tropas de la Unión de Richmond (capital Confederada) y por tanto del fin de la guerra. El IX Cuerpo de Ejército de Burnside tenía la responsabilidad de cubrir un saliente del frente conocido como Elliot's Sallient. Una de sus compañías, la de Voluntarios de Pennsylvania contaba entre sus miembros con varios mineros y era capitaneada por Henry Pleasants, ingeniero civil de profesión. Dado el estado de estancamiento de la guerra, Pleasants ideó una forma de romper las líneas enemigas utilizando la experiencia de sus hombres y la de él mismo. Planificó construir una mina bajo las líneas enemigas y hacerlas saltar por los aires. Este plan no fue aprobado por Burnside, y el jefe de ingenieros del ejército lo calificó como de "mucho ruido y pocas nueces". Sin embargo Burnside escaló dicho plan a su inmediato superior, el general George Meade, que también poco convencido del mismo lo presentó al General Ulisses S. Grant, el cual accedió a ponerlo en marcha ya que así los hombres estarían ocupados y los libraría del aburrimiento.

En principio Pleasants iba a contar con toda la colaboración de los ingenieros militares, pero esta ayuda no se prestó, tal es así que hubieron de empezar la obra cavando con las bayonetas y utilizando cajas de galletas como vagonetas. Para apuntalar el túnel hubo de utilizar las maderas de un puente abandonado por el ferrocarril, y para realizar sus cálculos topográficos, a fin de orientar la mina, utilizó un viejo teodolito que Burnside consiguió gracias a un amigo personal que tenía en Washington.

Finalmente el 17 de Julio, Pleasants anunció que el túnel de 170m, estaba terminado y a 6 metros por debajo del reducto confederado.



Grant, empezó a ver las posibilidades que tenía el plan de Pleasants, y pasó a apoyarlo firmemente, ya que veía que podía suponer el aldabonazo definitivo a la guerra. Planificó una maniobra de distracción al norte de la posición, la cual tuvo éxito ya que Lee trasladó 5 divisiones dejando en Petersburg solo a 3.

El plan de Burnside consistía en que la mina explotaría a las 3:30 de la madrugada del 30 de Julio, tras ella de debía desencadenar un ataque del IX Ejército. Para reforzar el efecto de la mina frente a Elliot's Sallient se colocaron 80 cañones de campaña, 18 morteros pesados, 28 morteros ligeros y 18 cañones de asedio.

Hasta este momento toda la planificación de Burnisde había sido impecable, pero a partir de aquí fue encadenando despropósito tras despropósito. El primero fue la forma de elegir la división que tendría que iniciar el ataque. El IX Ejército estaba compuesto por 4 divisiones, siendo elegida la más fresca de ellas, la del General Ferrero, el problema es que esta división estaba compuesta por soldados negros, algo que no gustaba a la oficialidad, el racismo no era exclusivo de los confederados, por lo que se obligó a Burnside a cambiar sus planes, y este en vez de tomar una decisión racional en función de las capacidades de sus otras 3 divisiones dejó que sus generales se lo echaran a suertes, siendo agraciada la división del general Ledlie, la cual era la más débil y tenía un jefe pusilánime e incompetente, como se comprobaría más adelante. Además no se informó a Ferrero que no iban a encabezar el ataque y sus hombres ocuparon sus posiciones de acuerdo al plan original.

A las 3:30, de acuerdo a lo previsto se encendió la espoleta de la mina pero no pasó nada, transcurrió más de 1 hora hasta que se enviaron a dos voluntarios a ver que había pasado, y lo que había ocurrido es que la mecha se había apagado, estos tuvieron que volver a encenderla. Finalmente a las 4:45 se produjo la tremenda y esperada explosión de las 8Tm de explosivos colocados en la mina, simultáneamente 80 cañones abrieron fuego. El shock fue total, no solo para los confederados, sino también para los unionistas que empezaron a correr hacia la retaguardia, es decir, en dirección contraria a la esperada. Cuando se dominó el pánico y se comenzó el ataque, se descubrió algo realmente espeluznante, Burnside y Meade habían ordenado allanar los parapetos y trincheras de tal forma que el ataque fuera masivo, pero nadie comprobó el que esta orden se hubiera ejecutado, así las tropas atacantes se vieron dentro de trincheras de más de dos metros de altura y para superarlas tuvieron que amontonar sacos o improvisar escaleras con palos y bayonetas. Conclusión, en vez del esperado ataque masivo se produjo una salida a cuenta gotas de soldados totalmente aturdidos, sin órdenes precisas y sin un mando que los guiara, su general, Ledlie, estaba en un refugio bebiendo ron y totalmente ajeno a la acción de sus hombres.

Cuando las tropas llegaron al agujero se encontraron con un cráter de 20m de ancho por 10 de profundidad, y en vez de avanzar como deberían haber hecho se quedaron parados, algunos ayudando a supervivientes confederados y otros como simple mirones. La ausencia de mando convirtió aquella tropa en un grupo carente de toda organización militar. Burnside que estaba a más de 400m de la línea del frente era totalmente ajeno de los acontecimientos, se limitó a ordenar a sus otras dos divisiones que avanzaran, por lo que el apelotonamiento de soldados alrededor del cráter empezaba a tomar ya un volumen más que considerable.

A las 7.20 estaban ya enzarzados Burnside y Meade en una sucesión de acusaciones recíprocas, y el despropósito en el que se había convertido ya la operación aún tuvo un nuevo giro de tuerca, se ordenó a Ferrero que avanzara con su división, y lo que podía haberse quedado en un plan fallido se precipitó hacia la tragedia. Ferrero se opuso aduciendo que en el cráter ya había 3 divisiones, pero Burnside insistió. Ferrero dio la orden de avanzar pero él no tenía la intención de acompañar a sus hombres, y al llegar al refugio de Ledlie se quedó con el compartiendo el ron de este.

A esas alturas de la película el general confederado Mahone ya había organizado la contraofensiva, y procedió a atacar a las tropas unionistas en el cráter, el grito de los rebeldes era "coged a los blancos, matad a los negros".

En este momento Grant ordenó la suspensión de la operación, pero esa orden era mucho más fácil de decir que de ejecutar. Los soldados se parapetaron en el agujero y se decidió esperar a la noche para tratar de sacarlos de allí. Y allí se quedaron más de 10000 hombres apelotonados en unos 4000 metros cuadrados, hostigados por el fuego cruzado y torturados por la sed que el calor del verano les trajo.

Al mediodía, a bayoneta calada los confederados hicieron su última carga, a los soldados atrapados nos les quedó más salida que huir en estampida hacia sus líneas. Ese día la Unión sufrió unas 4000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, por contra la Confederación tuvo unas 1500.

Tras el desastre Meade pidió un consejo de guerra para Burnside, pero Grant se conformó con darle un largo permiso, Ledlie fue apartado del servicio y Ferrero salió indemne del proceso.

La respuesta de Lincoln al enterarse del desastre fue "Solo Burnside podría haber dado tal golpe, arrancando una espectacular derrota final de las mandíbulas de la victoria".

Tras la guerra Burnside se dedicó a la política, siendo tres veces gobernador de Rhode Island y senador de los EE.UU.

Fuente: Historia de la Incempetencia Militar, Geoffrey Regan

lunes, 4 de octubre de 2010

Los Submarinos Legionarios

Esta entrada va dedicada al amigo bloguero ◊ Dissortat en l'exili ◊, que en su comentario en la entrada de la "Operación Úrsula" me puso tras la pista de la actuación de los submarinos italianos durante la Guerra Civil Española. 

En Octubre de 1936 las tropas franquistas hicieron llegar a Italia una solicitud de ayuda militar, en la misma solicitaban fuerzas navales, acorazadas, aereas y armas cortas.
Primeramente la marina italiana rechazó el prestar apoyo naval directo. Pero si que accedió a establecer un dispositivo de vigilancia en el Mediterráneo, con el fin de identificar a barcos rusos y españoles que navegasen con suministros a la República. En este despliegue se incluyeron varios submarinos que recibieron el calificativo de Submarinos Legionarios.

En el acuerdo entre el vicealmirante Cervera, Jefe de Estado Mayor de la Armada franquista, y el capitán de navío italiano Giovanni Romedio se decidió enviar a cuatro oficiales españoles para que ejercieran el mando "teórico" de los sumergibles italianos, de tal manera que en caso de incidente no apareciera Italia como el país agresor. Esta primera campaña se desarrolló entre el 8 de Noviembre de 1936 y Febrero de 1937, y coincidió temporalmente con la alemana "Operación Úrsula".

En el transcurso de esta primera campaña el mando submarino de las tropas de Franco, tomó la decisión de cambiar el plan original, ya que la constante presencia de buques de la Marina Real Inglesa dificultaba las operaciones, por tanto, los submarinos italianos tendrían que aparentar pertenecer a Italia, ya que de lo contrario hubiera supuesto una violación del pacto de No Intervención. Todo hundimiento provocado por estas naves tendrían que atribuirse "oficialmente" a explosiones internas o a minas.

La segunda campaña de los submarinos legionarios, se desarrolló en 1937, entre el 6 de Agosto y el 12 de Septiembre. Esta segunda campaña supuso un gran despliegue de medios que abarcaban: El mar Egeo, los estrechos de Sicilia, Túnez, Argel y el bloqueo de los puertos españoles de Cartagena, Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona. El despliegue italiano consistió en dos flotillas de submarinos controlando los Dardanelos, el canal de Sicilia y el estrecho de Messina serían vigilados por buques de superficie y tres flotillas de submarinos y finalmente las costas españolas estarían patrulladas por los submarinos Archimede y Torricelli, que acababan de ser vendidos a los sublevados y rebautizados como C-3 y C-5.

Esta segunda campaña fue mucho más fructífera que la primera, contando entre sus acciones el torpedeo del destructor Churruca en Cartagena, los hundimientos del mercante republicano Ciudad de Cádiz y el mercante ruso Blagoev en el Egeo. Pero no solo se cobraron víctimas entre la flota republicana y la rusa, ya que también fueron atacados barcos de países neutrales como ingleses, holandeses, franceses, etc. El error más grave, o metedura de pata, fue el torpedear al destructor inglés Havock que navegaba entre Baleares y la península, esta chapuza le supuso al submarino italiano Iride el ser perseguido y atacado durante horas por los navíos británicos Havock, Hereward, Hardy, Hyperion y Hotspur. Las autoridades inglesas tuvieron la confirmación que el ataque había sido italiano por dos cauces, el primero que su cónsul en Palma de Mallorca vio al Iride en dique seco y terriblemente dañado y segundo, y más importante, porque hacía tiempo que Gran Bretaña tenía descifrados los códigos italianos e interceptó el mensaje que comunicaba el incidente, el problema es que si hacían público dicho mensaje descubrirían que tenían acceso a las comunicaciones italianas.

Todas estas acciones, que podíamos calificar de piratería, hicieron reaccionar a ingleses y franceses ya que el comercio por el Mediterráneo corría serio peligro de paralizarse. Y claro, una cosa era no involucrarse en que los españoles nos matáramos entre nosotros y otra muy distinta era involucrarse para salvaguardar sus intereses comerciales.

Por todo esto se convocó el 9 de septiembre de 1937 en la localidad suiza de Nyon a los países mediterráneos y a la URSS, a esta cita no acudieron ni Alemania ni Italia. En esta reunión se firmó un tratado por el que las flotas francesa e inglesa se comprometían a atacar a cualquier submarino atacante o presunto atacante. Se establecieron también trece derrotas que deberían seguir obligatoriamente todos los mercantes por el Mediterráneo a fin de garantizar su seguridad. El 17 de septiembre se ampliaron estas medidas antisubmarinas a aviones y barcos de superficie. Finalmente en otra reunión en París, Italia, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, se avino a acatar dicho tratado, se partieron las trece derrotas suscritas en 3 zonas de responsabilidad y Mussolini ordenó la retirada de sus submarinos, destructores y aviones.

El balance de las operaciones realizadas por Italia en el Mediterráneo fue de 13 hundimientos, de los cuales 6 fueron barcos españoles, 3 soviéticos, 2 ingleses, más uno danés y otro panameño, además de los hundimientos fueron atacados 2 franceses, 2 británicos y 3 españoles, de estos últimos destacar que uno de ellos se trató del Crucero Baleares del bando Nacional, es decir, atacaron a uno de los suyos.

Fuentes: http://www.terra.es/personal6/u-boat/, "La Segunda República y la guerra" de Octavio Ruiz Manjón-Cabeza
Foto: Submarino Torricelli, rebautizado como C-5 por los nacionales