Este año se ha
cumplido el 80 aniversario de la proclamación de la Segunda República Española
y también el 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista de España,
así que voy a tratar de unir ambas efemérides en una entrada sobre la labor de
este partido en la oposición al régimen franquista tras la Guerra Civil y el
consiguiente fin de la etapa republicana.
Pero antes de nada tengo que avisar que esta
entrada es una entrada de opinión, es decir, está basada en mis impresiones
personales sobre el papel del PCE en la oposición al franquismo, sobre todo en
los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil y la II Guerra Mundial.
Cuando en los
primeros meses de 1939 se produce el colapso definitivo del estado republicano,
y ante la ya más que evidente derrota militar, empieza un éxodo masivo de
gentes hacia la frontera francesa. Entre la masa de exiliados destacan todos
aquellos cargos y militantes de partidos republicanos que por su significación
durante la Republica y el conflicto armado temen, y temían bien, por las
represalias de los vencedores.
Este colapso del
cuerpo del estado republicano también se reflejó en las estructuras de los
partidos políticos, no ayudó mucho tampoco la reclusión por parte de la
República Francesa de los exiliados en
campos de concentración. En esas condiciones de encierro forzado y dispersión
la organización de los partidos y sindicatos era muy complicada, por no decir
que casi imposible, fuera de lo que era cada campo en particular. Pero como en
todo hubo excepciones y si que hubo organizaciones que fueron muy eficaces a la
hora de mejorar la calidad de vida de sus afiliados, por un lado los
nacionalistas catalanes y vascos, ya que contaban con simpatizantes al otro
lado de la frontera, sobre todo el PNV que tenía una estructura creada en el
País Vasco Francés. También es destacable el esfuerzo organizativo de la CNT,
sin duda por el carácter y la férrea formación política de sus militantes. Pero
el que mejor se organizó en aquellas condiciones fue el Partido Comunista de
España, al igual que la CNT contaba con unos militantes muy mentalizados en
cuanto a la jerarquía de partido, la obediencia a sus mandos y la disciplina,
pero es que el PCE contaba con algo que el resto de partidos, tales como
Izquierda Republicana (El partido de Azaña) o el PSOE no tenían en Francia,
contaba con una estructura organizativa en todo el estado francés, se trataba
del PCF, es decir, el Partido Comunista de Francia.
Y es que en los
años 30, los partidos comunistas europeos no eran lo que fueron en los años
60/70, por aquella época el Partido Comunista como tal, era uno e internacional,
y los partidos comunistas nacionales no eran más que “franquicias” del Partido
Comunista, cuyo órgano de gobierno para todos ellos era el Comiterm o la
Internacional Comunista, órgano de donde emanaba la doctrina política y las
órdenes sobre la organización del resto de partidos. Tal era este control
central que la fundación de un partido que pretendiera llamarse comunista tenía
que pasar por la autorización de Moscú, es por esta razón por lo que solo existía
uno por país, para concentrar toda la movilización y toda la fuerza en una sola
formación. En esto hubo una excepción en el caso de España, ya que aquí se
autorizo la implantación de dos partidos comunistas, el PCE y el PSUC en
Cataluña.
A estas
circunstancias coyunturales se unió otra, y es que las organizaciones políticas
y sindicales se llevaron al exilio sus rencillas particulares, y salvo
excepciones y casi todas a título individual, la colaboración entre
organizaciones tendió a cero. Una colaboración activa y coordinada, por ejemplo,
de la CNT y el PCE hubiera sido muy beneficiosa, no sé si para ambos en
particular pero si para la masa de exiliados en general, pero claro eso en
aquellos tiempos era ir contra natura.
Vistas así las
cosas no es de extrañar que la organización que mejor funcionó y que más cosas
consiguió dentro de los campos de concentración franceses fuera el PCE, tenías
los medios para ello y así lo hizo, el resto lo tuvo mucho más difícil.
A esta, ya de por
sí, dramática situación se le da un nuevo giro de tuerca cuando la Alemania
Nazi invade y ocupa Francia. Esto pilló con el pie cambiado al PCE, ya que se
ve de repente entre dos aguas, por un lado Francia está ocupada por uno de los
aliados de Franco y contra los que habían luchado en la Guerra Civil, pero por otro,
en virtud del tratado de no agresión entre Alemania y la URSS, desde Moscú se
decreta a sus militantes la no intervención en el conflicto mundial. Es justo
decir que muchísimos comunistas hicieron oídos sordos de la directiva del Buró
Político ruso y colaboran y formaron parte activa de La Resistencia francesa desde los
primeros compases de la ocupación.
Cuando se libera
Francia y el fin de la Guerra Mundial es ya inminente, el PCE comete un grave
error, y es el intento de invasión en el Valle de Arán. El partido pretendía
con esta acción empujar a los aliados a cruzar los Pirineos, pero se
encontraron no solo con la no intervención aliada, sino con su más absoluta
oposición. Y es que los aliados occidentales ya veían que tras la Guerra el
nuevo enemigo iba a ser el Bloque Comunista, por lo que no iban a colaborar con
ellos en una invasión que iba a costar, no solo hombres y material, sino
también el consiguiente retraso en la carrera a Berlín con los soviéticos;
además, esta ocupación podría suponer poner en bandeja de plata el gobierno de
España al Partido Comunista. Es decir,
esta operación “Reconquista de España”, que así la llamaron, alarmó más que
otra cosa a las potencias aliadas. Aunque esta invasión también tiene otra
lectura, y es que la organización y la decisión de ejecutarla fue de Jesús
Monzón, el responsable de permanecer en la Francia ocupada por los alemanes,
tratando de coordinar el partido y organizar la lucha de la resistencia
contra el invasor nazi. Además, Monzón a parte de las labores asignadas, abrió
puentes de diálogo con otras fuerzas opositoras a Franco y participó en la creación con ellas, monárquicos incluidos, de la asociación llamada Unidad Nacional, todo ello al margen de la dirección del partido.
Monzón sabía que estas acciones no gustaban a sus jefes de partido, y además veia que el fin de la guerra suponía el retorno de la dirección oficial, encabezada
por Santiago Carrillo, y su desalojo de la primera línea política era inminente. Hay autores que sostienen que este fue uno de los condicionantes fundamentales que decidieron el que se
lanzase esta fallida operación.
Cuando la guerra
mundial finaliza y se ve claramente que los aliados ni piensan, ni planean
apear a Franco del gobierno de España, sino todo lo contrario. El PCE trata de
exportar el modelo francés de La Resistencia a la España de Franco, los famosos
Maquis. Aunque no fueron los únicos, también la CNT mantuvo la lucha armada, y
el último guerrillero abatido en España fue el anarquista Quico Sabaté.
Esta
extrapolación de la lucha armada contra el régimen franquista fue un absoluto fracaso, la
idea oficial era la de infiltrarse en territorio español para reemprender una
guerra de guerrillas con el fin último de conseguir un gran alzamiento popular
que hiciera saltar por los aires la dictadura. Era esta una visión un
tanto bisoña y falsa de la realidad española. La realidad era que la población
estaba más que harta de la guerra, la represión de postguerra había sido tan
brutal que los ánimos no iban encaminados hacia ninguna revolución, fuera esta
del tipo que fuera. El PCE no tuvo en cuenta que los hombres que podían haber
llevado a cabo esta revuelta habían sufrido 4 destinos, a saber: el exilio, la
cárcel, la muerte o una represión tal que solo aspiraban a pasar lo más
desapercibidos posible. Por tanto, el PCE sacrificó a sus mejores hombres en una
lucha, que a todas luces era baldía. La pregunta es ¿por qué?, dado el grado de
infiltración que el partido tenía por el país me resulta increíble que la dirección
del PCE no estuviera al tanto de la verdadera realidad nacional en España,
sería de un exceso de ingenuidad difícilmente asumible que con esas acciones se
pudiera conseguir lo que oficialmente se perseguía y promulgaba.
La situación
cambia en los años 60, cuando se abandona esta estéril lucha armada y se
enfrentan a una oposición política, en estos años hasta la consecución de la
democracia sí que hay que destacar que la labor de lucha, propaganda y
concienciación política que llevó a cabo el PCE fueron dignas de elogio,
teniendo en cuenta las circunstancias en las que se produjeron. Y creo que es
justo reconocer que la capacidad de movilización que el partido comunista consiguió
en esos años fue muy superior a la del resto de organizaciones opositoras.
Dentro de estas acciones opositoras yo destacaría la fundación del sindicato
Comisiones Obreras, gran catalizador de revueltas y protestas obreras en esos
años finales del franquismo.
15 comentarios:
Uf, José Luis, un asunto peliagudo el que hoy nos traes: se ha escrito mucho, pero yo creo que todavía queda mucho que estudiar. Aciertas en los puntos fundamentales: la Internacionalidad de los Partidos Comunistas entonces (a sus direcciones les llevó a tragarse el pacto de no agresión y defenderlo, que tiene narices) y la división entre esas direcciones alojadas en Moscú y los que, como Monzón, se quedaron en Francia. Habría mucho que decir de la represión interna que el PCE desató entre sus propios militantes... y que su aceptación de la vía democrática a partir de los '60 ya había sido defendida por algunos de esos represaliados.
En fin, no me enrollo: mucho que decir todavía.
Saludos, José Luis
Debo reconocer que simplemente nombrar al PCE y a Santiago Carrillo (para mi una persona falsa hasta decir basta) me produce urticaria, a pesar de que mi señor padre (muy metido en los temas antifranquistas en su juventud y que fue a recibir al mismísimo Carrillo a su vuelta a España) piense lo contrario jeje...cosas de familia.
No obstante, reconozco igualmente que el PCE fue la única oposición que existió al régimen franquista, pese a lo que los mentirosos del PSOE o IR quieran ahora contarnos a toro pasado (hace mucha gracia ver a socialistas "de toda la vida" como Felipe, Chaves o Pepej Bojno hablando de como luchaban contra el franquismo...lo que olvidan decir es que lo hacían con el brazo derecho levantado en la Plaza de Oriente)...
...No estoy de acuerdo en que los maquis copiaron el modelo de resistencia francesa, para mi eran herederos de los migueletes austracistas y carlistas que tan arraigados estaban en aquellas zonas pirenaicas desde hace dos siglos.
Muy buena entrada amigo.
PD: otro día tendrás que hablar de la disgregación ideológica que hubo en el propio PCE entre stalinistas, trotkistas, eurocomunistas, etc...y porqué no? hablar de la legendaria figura italiana de Enrico Berlinguer, líder del Partido Comunista Italiano
PD2: también me gustaría añadir que miedo me habría dado una España comunista-stalinista dirigida por la Parca de Paracuellos del Jarama y la radical-Pasionaria
PD2: también me gustaría añadir que miedo me habría dado una España comunista-stalinista dirigida por la Parca de Paracuellos del Jarama y la radical-Pasionaria
Amigo Carolus...Coincido contigo en que los regímenes stalinistas muy poco diferían de las dictaduras de "derechas" y es que a mi lo de dictaduras de "izquierdas" o "derechas" me hace mucha gracia, los extremos se atraen y tanto monta una como la otra.
En cuanto a los Maquis o guerrilleros, a ellos el término maqui no les gustaba, hay que tener en cuenta que este tipo de guerra de guerrillas existió en España desde los tiempos de Viriato, pero la experiencia que aquellos guerrilleros tenían en ese tipo de guerra la habían aprendido en Francia, ya que la Guerra Civil no fue una guerra de guerrillas aunque se dieran casos de ello.
Saludos, e investigaré sobre Enrico Berlinguer
Opino como tu Xibeliuss y es que el PCE no abandonó el stalinismo lo rápido que hubiera sido deseado, y con ello las prácticas "purgativas", en cuanto a Monzón siento cierta empatia por el... se comió el marrón de quedarse en Francia, y además lo hizo razonablemente bien y luego vienen otros a llevarse el reconocimiento, no obstante lo del Valle de Arán fue un despropósito desde el primer momento... así que nada, poco a poco iremos conociendo los sucesos de aquellos oscuros años
Mis años de Universidad fueron moviditos por las corrientes opositoras al franquismo. De entre todas destacó siempre el PCE, gente muy concienciada y sacrificada, muy luchadora. Los "peceros" siempre eran los más populares en la izquierda universitaria. A los del PSOE casi ni se les conocía ni veía.
Lo de intentar trasladar a España el modelo de Resistencia francesa fue en efecto una grave error de cálculo, además de una considerable miopía política. Ya se vio desde el principio que los países democráticos europeos habían abandonado a los republicanos a su suerte. Se vio en la ayuda recibida y en muchos comentarios de líderes que, como Churchill, no se fiaban un pelo de los revolucionarios españoles.
Un saludo.
Cayetano, no hace mucho en una entrevista al extremeño Rodriguez Ibarra se le escapó un comentario parecido a lo que has descrito de la universidad de aquellos años... le traicionó el subconsciente.
Hola José Luis, muy buena entrada esta que expones aquí. Muy bien señalas cómo en la retirada de 1939 y los campor del sur de Francia fue una desgracia añadida la desunión entre comunistas y anarquistas. Me ha resultado especialmente triste la mención del "Quico" Sabater, el último maquis abatido en España. Fue cerca de la frontera cuando fue traicionado por un soplón, acosado como una alimaña y abatido en 1960. Una pena esa política de lucha armada condenada al fracaso. Hasta que llegó el anticomunismo.
A mí me da grima ver a Tamames brindando aquél famoso Viernes santo Rojo al legalizarse el PCE y ahora en Intereconomía, de lo más reacionario y neoliberal pleno.
Un catedrático nos dijo en la facultad que, los comunistas, en aquellos países en los que no gobernaron, fueron encantadores y luchadores por los derechos sociales, pero, ¡ah amigo! en los lugares donde sí lo hicieron....ya vomos sus resultados.
Saludos gran historiador.
Abandonaron a la República durante la guerra, y después el PCE no estuvo a la altura.
¡Salud!
Juan.. y no solo Tamames, algún exministro del PP también militó en el PCE... como el buen Piqué y aquella de Educación que ahora no recuerdo su nombre.
En cuanto a los regímenes comunistas pues como le comentaba a Carolus tanto me da el color de la bandera que exhiba la dictadura de turno
Dissortat... si creo que la línea que el PCE siguió tras la guerra no fue la más acertada..
El proceso de cambio auspiciado por la Transición afectó a todos los grupos políticos y no lo es menos en el caso del PCE. Es admirable la labor de Carrillo (fuera ya de toda culpabilidad o inocencia en la guerra incivil) durante el mismo. Se le tildó de cobarde, de traidor y muchos otros apelativos, los cuales no se entienden sin conocer el papel del PCE en la República. Sin embargo, su temple y buen hacer en el proceso fue capital para que la Transición se realizase totalmente.
Saludos
Si corregir es de sabios, como bien dices Carmen Carrillo en aquellos años lo supo hacer, falló en la necesaria renovación del partido ya que cuando llegó fue obligado por las circunstancias y no de la manera adecuada...
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