domingo, 6 de noviembre de 2011

350 Aniversario del nacimiento de Carlos II.


Un año más el blog Reinado de Carlos II, nos invita a colaborar en el aniversario del nacimiento del último de los Austrias españoles. Para la ocasión os dejo con un relato de ficción sobre "otra vida" del buen Carlos II.

Yo soy, o era, Carlos de Austria, Rey de España, las Indias, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Duque de Milán, Soberano de los Países Bajos y Conde de Borgoña, un gran nombre para unos grandes estados y todo ello reunidos en una pobre vida, la mía.


En mi confluyeron todos los vicios de una decadente dinastía, hijo de un padre putero, libidinoso, incestuoso y pedófilo. Un gran catálogo de pecados que yo sufrí como sublimación de todos los vicios de mi familia. Mi vida en la corte fue triste, muy triste, manejado por mi madre, por los ministros, por los nobles, todo el mundo me consideró un pusilánime y yo fingí serlo, gracias a eso estoy hoy aquí a punto de realizar el que barrunto será mi último viaje.

Como decía, mi vida en la corte fue transformándose en un agónico infierno, en manos de médicos de dudosa formación, curanderos, curas fanatizados y toda una caterva de salvajes revestidos de terciopelos. Ya andaba yo entregado y sin fuerzas para oponerme a tanto desatino cuando un rayo de luz iluminó mis esperanzas, y ese rayo fue el día que conocí al buen fraile dominico Caraccioli. Era la única persona sensata entre aquella maraña de intereses y personalismos, poco a poco en nuestras discretas conversaciones y confesiones fuimos trazando lo que sería mi plan de huida, la esperanza de formar una nueva vida lejos de aquella inmundicia cortesana.

Así, poco a poco fuimos distrayendo fondos que trasvasábamos a las Indias donde nos hicimos con una hacienda alejada de todo y de todos. Así el 1 de Noviembre de 1700 emprendí mi salida clandestina, en este punto no puedo dejar de confesar mi último pecado, ya que no quise preguntar de dónde sacaron el cuerpo que tendría que hacer de mi en mi propio sepelio, no me interesé por la vida de aquel desgraciado, ni de que oscura institución lo sacarían para sacrificarlo en mi nombre, desde ese día dejé de ser Carlos de Austria para convertirme en Bartolomé Misson.

Embarcamos en Cádiz rumbo a las Antillas en la más absoluta clandestinidad, el buen fraile y yo matábamos el tiempo de la larga singladura con la lectura del libro “Utopía” de Santo Tomás Moro, Caraccioli mostraba verdadero apasionamiento por el mundo ideal que allí se describía. Yo, más pragmático y por mi experiencia de gobierno le iba marcando las imposibilidades de llevar a cabo tal empresa en ningún estado.

Y así, decía matábamos el tiempo de la dura travesía, y es que mi salud, aunque mejorando gracias a estar alejado de aquellos curanderos que se hacían llamar médicos, seguía siendo débil.

Cuando nuestra nave se internaba ya en aguas del mar Caribe, ocurrió una tragedia, tragedia nos pareció entonces, pero que a la postre resultó ser nuestra liberación definitiva, fuimos atacados y apresados por uno de los muchos piratas que infectan aquellas aguas. Como nos vieron hombres “de calidad” nos llevaron con ellos a la espera de conseguir un buen rescate. Y así es como dimos con nuestros huesos en la Isla de la Tortuga.

En esta Isla poco a poco fuimos ganando “amigos” y gracias a nuestros acertados consejos pronto fuimos mejor considerados. En aquella Isla conocí La Hermandad de los Hermanos de la Costa, la hermandad de todos los piratas, donde prima la igualdad, la libertad, el cuidado y atención de heridos y lisiados, en definitiva se traslucía que quizás las ideas de Utopía no fueran tan irrealizables.

Al final terminamos enrolados en un barco de la Hermandad, cuando en un combate con los ingleses murió nuestro capitán, Caraccioli me propuso como sustituto y los 200 hombres de aquella variopinta tropa así me eligieron, pasé a ser conocido como el Capitán Misson, un pirata más del Caribe.

Sin embargo, al poco quisimos ir un paso más allá en nuestra idea de forjar el estado ideal de Tomás Moro, así que abandonamos las Indias y el Caribe y cruzamos de nuevo el océano hasta las costas del África Negra. Por el camino capturamos varios barcos holandeses de esclavos, liberando su macabra carga. Y es que nuestro estado comienza con que todos los hombres nacen libres y así han de continuar ya que el comercio de aquellos de nuestra propia especie, nunca será agradable a los Ojos de la Justicia Divina. Terminamos arribando en la costa norte de Madagascar, allí por fin pudimos fundar Libertatia, lugar del que fui nombrado Lord Protector, Caraccioli mi secretario de estado, y el que fuera aguerrido y fiero pirata Thomas Tew se convirtió en nuestro almirante. Aquí todos hemos sido iguales, todo se ha repartido equitativamente y en definitiva todos hemos sido felices durante 25 años.

La prosperidad y bien vivir de Libertatia sirvió de faro para muchos oprimidos, y pronto nuestra pequeña ciudad creció gracias a la llegada de huidos y fugados de territorios cercanos. Pero esta luz se ha tornado a la postre en nuestra ruina, ya que los caciques de los alrededores no conciben nuestras leyes, y la huida de “sus siervos” en busca de una vida mejor les puso en pie de guerra contra nosotros, mi última guerra. Y otra vez me encuentro ante una nueva huida, esta vez en soledad ya que mi compañero Caraccioli murió en combate y yo trataré de llegar a alguna de las colonias portuguesas de Asia, aunque el tiempo y la mala mar me hacen temer que no lo conseguiremos, por este motivo he encomendado a Thomas Tew, mi fiel almirante, la tarea de volver a Europa como guardián de nuestro legado, nuestra historia y de estas, mis últimas, palabras. “Que el sueño de Libertatia no se pierda”, esa ha sido mi orden.

Fdo: Carlos de Austria, “Capitán Misson”

25 comentarios:

Cayetano dijo...

Un buen ejercicio literario y de imaginación. La verdad es que no veo al endeble de Carlos II haciendo de líder pirata con bandera anarquista y todo, llevando a la práctica las ideas de Utopía. Jejeje.
Seguro que es la aportación al aniversario más original de todas.
Un saludo.

PACO HIDALGO dijo...

Estupenda trasposición histórica sobre el final de Carlos II, que escapa de ese cuerpo enfermizo y atormentado por todo el que le rodea y logra fundar su propio estado libre en África, tras un azaroso viaje. Me ha recordado a "La última tentación de Cristo".
Original post, si señor. Un placer pasar por aqui y deleitarse con tus lecturas, después de tanto tiempo. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos, donde también se conmemora esta digna efeméride. Abrazos.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Y es que el que nace para mandar...
Fabuloso relato de ficción José Luis, Me lo he pasado "bomba" leyéndolo. Un abrazo.

Jose Antonio dijo...

Una bella forma de mostrar un recuerdo a Carlos II, gracias por el aporte.

Un abrazo y excelente artículo.

La Dame Masquée dijo...

Veo, monsieur, que continúa usted con la linea de ficción al abordar estos aniversarios de Carlos II. No sé si el rey tendría fuerzas para tanta aventura, pero siempre quedan los sueños.

Feliz domingo, monsieur

Bisous

Ccasconm dijo...

Qué imaginación tienes, Jose Luis. A original no te gana nadie. Creo que a Carlos II le hubiera encantado salir de su cárcel dorada y vivir esa vida que narras, llena de aventuras.
Saludos

◊ dissident ◊ dijo...

Una buena forma de celebrar el cumpleaños del rey Carlos dándole una vida nueva y absolutamente distinta a la de la Corte.

Saludos, José Luis.

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Muy entretenido este relato fantástico jejeje, aunque no veo al pobre Carlos II con sus achaques surcando los mares ni con capacidad para tan sorprendente decisión.

Una abrazo.

Juan dijo...

Muy buen relato que nos haces. Es una gozada eso de ponerse en la piel de un personaje de los tiempos históricos. Muy original la historia que has creado de ese paraíso africano inspirado en la utopía.
Saludos José Luis y gracias por darnos la participación más original de todas.

J. Eduardo V. G. dijo...

Seguro que en la corte alguien le contaría de niño historias de esos piratas que solían atacar a los galeones y costas americanas.

Saludos de otro participante.

Segundo Sánchez dijo...

Muy bueno, con mucha imaginación. Los deseos de igualdad y libertad propios de la Ilustración.
Un saludo.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Cayetano... la verdad es que yo tampoco le veo jejeje...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Paco... lo cierto es que la historia del pirata parece que tiene visos de verosimilitud, y tanto el como el fraile parece que existieron...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

DLT... es un placer el que te haya gustado... :)

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Gracias por tu comentario Senovilla...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Dama eso pienso yo... que el pobre hombre tendría sus sueños de "normalidad"

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Gracias Carmen... pero esa "originalidad" también puedes llamarlo una cierta falta de ideas jejeje...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Dissortat... gracias por tu comentario.. aunque lo cierto es q esta entrada hubiera sido más correcta hace unos días en el aniversario de la muerte... pero...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Majestad... yo como comentaba a Cayetano tampoco le veo al pobre de lobo de mar... pero "la imaginación al poder"

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Juan... por lo que he podido leer es muy posible que la historia de Mission tenga algo de verosimilitud, y la coincidencia más o menos con la época de CII me llevó a unir ambas vidas en una sola persona...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Eduardo... casi seguro que algo de piratas le contaron lo que no se es si la cosa iría por la alegre vida a bordo o por la puñeta que suponían para los intereses de la monarquía.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Valverde... pues si no me había dado cuenta pero acabo de convertir a C-II en el primer rey ilustrado de España mucho antes del Tercero jejeje....

Xibe dijo...

¡Cáspita! Tew, Misson, Cariaccioli, Libertatia y Carlos II... todos juntos en la misma entrada. ¡Ojalá hubiera sido así! Sobre todo por el pobre Carlos.
Saludos, José Luis

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

La verdad Xibeliuss es que he hecho una mezcla un tanto heterogénea...