Un año más el blog Reinado de Carlos II, nos invita a colaborar en el aniversario del nacimiento del último de los Austrias españoles. Para la ocasión os dejo con un relato de ficción sobre "otra vida" del buen Carlos II.
Yo soy, o era,
Carlos de Austria, Rey de España, las Indias, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Duque
de Milán, Soberano de los Países Bajos y Conde de Borgoña, un gran nombre para
unos grandes estados y todo ello reunidos en una pobre vida, la mía.
En mi confluyeron
todos los vicios de una decadente dinastía, hijo de un padre putero,
libidinoso, incestuoso y pedófilo. Un gran catálogo de pecados que yo sufrí como
sublimación de todos los vicios de mi familia. Mi vida en la corte fue triste,
muy triste, manejado por mi madre, por los ministros, por los nobles, todo el
mundo me consideró un pusilánime y yo fingí serlo, gracias a eso estoy hoy aquí
a punto de realizar el que barrunto será mi último viaje.
Como decía, mi
vida en la corte fue transformándose en un agónico infierno, en manos de
médicos de dudosa formación, curanderos, curas fanatizados y toda una caterva
de salvajes revestidos de terciopelos. Ya andaba yo entregado y sin fuerzas
para oponerme a tanto desatino cuando un rayo de luz iluminó mis esperanzas, y
ese rayo fue el día que conocí al buen fraile dominico Caraccioli. Era la única
persona sensata entre aquella maraña de intereses y personalismos, poco a poco
en nuestras discretas conversaciones y confesiones fuimos trazando lo que sería
mi plan de huida, la esperanza de formar una nueva vida lejos de aquella inmundicia
cortesana.
Así, poco a poco
fuimos distrayendo fondos que trasvasábamos a las Indias donde nos hicimos con
una hacienda alejada de todo y de todos. Así el 1 de Noviembre de 1700 emprendí
mi salida clandestina, en este punto no puedo dejar de confesar mi último
pecado, ya que no quise preguntar de dónde sacaron el cuerpo que tendría que
hacer de mi en mi propio sepelio, no me interesé por la vida de aquel
desgraciado, ni de que oscura institución lo sacarían para sacrificarlo en mi
nombre, desde ese día dejé de ser Carlos de Austria para convertirme en
Bartolomé Misson.
Embarcamos en
Cádiz rumbo a las Antillas en la más absoluta clandestinidad, el buen fraile y
yo matábamos el tiempo de la larga singladura con la lectura del libro “Utopía”
de Santo Tomás Moro, Caraccioli mostraba verdadero apasionamiento por el mundo
ideal que allí se describía. Yo, más pragmático y por mi experiencia de
gobierno le iba marcando las imposibilidades de llevar a cabo tal empresa en
ningún estado.
Y así, decía
matábamos el tiempo de la dura travesía, y es que mi salud, aunque mejorando
gracias a estar alejado de aquellos curanderos que se hacían llamar médicos,
seguía siendo débil.
Cuando nuestra
nave se internaba ya en aguas del mar Caribe, ocurrió una tragedia, tragedia
nos pareció entonces, pero que a la postre resultó ser nuestra liberación
definitiva, fuimos atacados y apresados por uno de los muchos piratas que
infectan aquellas aguas. Como nos vieron hombres “de calidad” nos llevaron con
ellos a la espera de conseguir un buen rescate. Y así es como dimos con
nuestros huesos en la Isla de la Tortuga.
En esta Isla poco
a poco fuimos ganando “amigos” y gracias a nuestros acertados consejos pronto
fuimos mejor considerados. En aquella Isla conocí La Hermandad de los Hermanos
de la Costa, la hermandad de todos los piratas, donde prima la igualdad, la
libertad, el cuidado y atención de heridos y lisiados, en definitiva se
traslucía que quizás las ideas de Utopía no fueran tan irrealizables.
Al final
terminamos enrolados en un barco de la Hermandad, cuando en un combate con los
ingleses murió nuestro capitán, Caraccioli me propuso como sustituto y los 200
hombres de aquella variopinta tropa así me eligieron, pasé a ser conocido como
el Capitán Misson, un pirata más del Caribe.
Sin embargo, al
poco quisimos ir un paso más allá en nuestra idea de forjar el estado ideal de
Tomás Moro, así que abandonamos las Indias y el Caribe y cruzamos de nuevo el
océano hasta las costas del África Negra. Por el camino capturamos varios
barcos holandeses de esclavos, liberando su macabra carga. Y es que nuestro
estado comienza con que todos los hombres nacen libres y así han de continuar ya
que el comercio de aquellos de nuestra propia especie, nunca será agradable a
los Ojos de la Justicia Divina. Terminamos arribando en la costa norte de
Madagascar, allí por fin pudimos fundar Libertatia, lugar del que fui nombrado
Lord Protector, Caraccioli mi secretario de estado, y el que fuera aguerrido y
fiero pirata Thomas Tew se convirtió en nuestro almirante. Aquí todos hemos
sido iguales, todo se ha repartido equitativamente y en definitiva todos hemos
sido felices durante 25 años.
La prosperidad y
bien vivir de Libertatia sirvió de faro para muchos oprimidos, y pronto nuestra
pequeña ciudad creció gracias a la llegada de huidos y fugados de territorios
cercanos. Pero esta luz se ha tornado a la postre en nuestra ruina, ya que los
caciques de los alrededores no conciben nuestras leyes, y la huida de “sus
siervos” en busca de una vida mejor les puso en pie de guerra contra nosotros,
mi última guerra. Y otra vez me encuentro ante una nueva huida, esta vez en
soledad ya que mi compañero Caraccioli murió en combate y yo trataré de llegar
a alguna de las colonias portuguesas de Asia, aunque el tiempo y la mala mar me
hacen temer que no lo conseguiremos, por este motivo he encomendado a Thomas
Tew, mi fiel almirante, la tarea de volver a Europa como guardián de nuestro
legado, nuestra historia y de estas, mis últimas, palabras. “Que el sueño de
Libertatia no se pierda”, esa ha sido mi orden.
Fdo: Carlos de Austria, “Capitán Misson”
25 comentarios:
Un buen ejercicio literario y de imaginación. La verdad es que no veo al endeble de Carlos II haciendo de líder pirata con bandera anarquista y todo, llevando a la práctica las ideas de Utopía. Jejeje.
Seguro que es la aportación al aniversario más original de todas.
Un saludo.
Estupenda trasposición histórica sobre el final de Carlos II, que escapa de ese cuerpo enfermizo y atormentado por todo el que le rodea y logra fundar su propio estado libre en África, tras un azaroso viaje. Me ha recordado a "La última tentación de Cristo".
Original post, si señor. Un placer pasar por aqui y deleitarse con tus lecturas, después de tanto tiempo. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos, donde también se conmemora esta digna efeméride. Abrazos.
Y es que el que nace para mandar...
Fabuloso relato de ficción José Luis, Me lo he pasado "bomba" leyéndolo. Un abrazo.
Una bella forma de mostrar un recuerdo a Carlos II, gracias por el aporte.
Un abrazo y excelente artículo.
Veo, monsieur, que continúa usted con la linea de ficción al abordar estos aniversarios de Carlos II. No sé si el rey tendría fuerzas para tanta aventura, pero siempre quedan los sueños.
Feliz domingo, monsieur
Bisous
Qué imaginación tienes, Jose Luis. A original no te gana nadie. Creo que a Carlos II le hubiera encantado salir de su cárcel dorada y vivir esa vida que narras, llena de aventuras.
Saludos
Una buena forma de celebrar el cumpleaños del rey Carlos dándole una vida nueva y absolutamente distinta a la de la Corte.
Saludos, José Luis.
Muy entretenido este relato fantástico jejeje, aunque no veo al pobre Carlos II con sus achaques surcando los mares ni con capacidad para tan sorprendente decisión.
Una abrazo.
Muy buen relato que nos haces. Es una gozada eso de ponerse en la piel de un personaje de los tiempos históricos. Muy original la historia que has creado de ese paraíso africano inspirado en la utopía.
Saludos José Luis y gracias por darnos la participación más original de todas.
Seguro que en la corte alguien le contaría de niño historias de esos piratas que solían atacar a los galeones y costas americanas.
Saludos de otro participante.
Muy bueno, con mucha imaginación. Los deseos de igualdad y libertad propios de la Ilustración.
Un saludo.
Cayetano... la verdad es que yo tampoco le veo jejeje...
Paco... lo cierto es que la historia del pirata parece que tiene visos de verosimilitud, y tanto el como el fraile parece que existieron...
DLT... es un placer el que te haya gustado... :)
Gracias por tu comentario Senovilla...
Dama eso pienso yo... que el pobre hombre tendría sus sueños de "normalidad"
Gracias Carmen... pero esa "originalidad" también puedes llamarlo una cierta falta de ideas jejeje...
Dissortat... gracias por tu comentario.. aunque lo cierto es q esta entrada hubiera sido más correcta hace unos días en el aniversario de la muerte... pero...
Majestad... yo como comentaba a Cayetano tampoco le veo al pobre de lobo de mar... pero "la imaginación al poder"
Juan... por lo que he podido leer es muy posible que la historia de Mission tenga algo de verosimilitud, y la coincidencia más o menos con la época de CII me llevó a unir ambas vidas en una sola persona...
Eduardo... casi seguro que algo de piratas le contaron lo que no se es si la cosa iría por la alegre vida a bordo o por la puñeta que suponían para los intereses de la monarquía.
Valverde... pues si no me había dado cuenta pero acabo de convertir a C-II en el primer rey ilustrado de España mucho antes del Tercero jejeje....
¡Cáspita! Tew, Misson, Cariaccioli, Libertatia y Carlos II... todos juntos en la misma entrada. ¡Ojalá hubiera sido así! Sobre todo por el pobre Carlos.
Saludos, José Luis
La verdad Xibeliuss es que he hecho una mezcla un tanto heterogénea...
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