Nos situamos a mediados del siglo XIX en Panamá, por entonces la provincia colombiana de Nueva Granada. En 1846 los EE.UU habían firmado un tratado que les daba derecho de tránsito sobre el istmo de Panamá. A esto se añadió la Fiebre del Oro en California y la expansión norteamericana hacia el Oeste, con lo que las necesidades de comunicación se vieron notablemente aumentadas en muy poco tiempo. Para paliar tales necesidades se inició la construcción del ferrocarril transístmico en 1850. Las obras y el incremento del tráfico de mercancías supusieron, a su vez, un aumento de la presencia de estadounidenses en Panamá.
Los norteamericanos, merced a su tratado, contaban con trato preferente sobre los lugareños y el resto de extranjeros de la zona, lo que hizo que los roces entre ambas comunidades fueran constantes, sucesos que hubiesen sido las típicas peleas de borrachos, sino fuera por que muchos de esos norteamericanos viajaban fuertemente armados, y que solían tratar con desprecio a hispanos y europeos.
Con este caldo de cultivo llegamos al 15 de Abril de 1856, cuando el estadounidense Jack Olivier, en notable estado de embriaguez, se dirigió al panameño José Manuel Luna para comprarle una raja de sandia. Cuando el bueno de Jack hubo consumido su fruta se negó a pagar los 5 centavos que costaba el producto. Esto degeneró en una nueva disputa en la que Mr Olivier desenfundó y disparó contra un lugareño. La población local reaccionó a la agresión de Olivier y sus compañeros y contra los viajeros, norteamericanos, de un tren que acababa de llegar en ese momento. Los estadounidenses al verse en inferioridad numérica se atrincheraron en la estación.
La guardia granadina (panameña) acudió al tumulto y fue recibida con un fuerte tiroteo por parte norteamericana, los disparos alertaron a la guarnición estadounidense que se unió al pleito reprimiendo a los locales.
Los tumultos duraron 3 días y terminaron con un saldo de 16 muertos y 15 heridos norteamericanos y 13 heridos y 2 muertos panameños.
Tras los incidentes hubo un cruce de informes, evidentemente contradictorios entre si, de las autoridades americanas y de Nueva Granada. Como no podía ser de otra manera el gobierno de Washington, solo dio validez al que presentó su comisionado Amos B. Corwine, ignorando no solo el de Nueva Granada sino también los que presentaron los cónsules del Reino Unido, Francia y Ecuador, los cuales acusaban también a los norteamericanos de iniciadores de los tumultos.
En su informe Corwine decía, con cierto tono racista, que "... la población de color tomó como pretexto la disputa para asaltar a los estadounidenses, y saquear sus propiedades, ... que la policía y la turba habían planeado el asalto y que el gobierno de Nueva Granada era incapaz de mantener el orden..." concluyendo que era necesaria "...la ocupación inmediata del istmo de océano a océano por Estados Unidos..."
Las condiciones que ofrecieron los americanos a las autoridades locales fueron humillantes:
- Que las ciudades de Panamá y Colón debían ser ciudades libres y que se gobernaran por sí mismas bajo la soberanía de Nueva Granada, y conjuntamente controlaran una faja de veinte millas de ancho de océano a océano, con el ferrocarril como línea central. Es decir, que aunque sobre el papel seguían siendo de Nueva Granada en la práctica iban a ser gobernadas por los americanos.
- Nueva Granada debía transferir a los Estados Unidos varias islas en la bahía de Panamá para usarlas como bases navales.
- Nueva Granada debía transferir a los Estados Unidos sus derechos sobre el Ferrocarril transístmico.
- Nueva Granada debía pagar una indemnización de perjuicios por la pérdida de vidas y la destrucción de propiedades.
A partir de este incidente, EE.UU se consideró legitimado para intervenir militarmente en Panamá siempre que lo estimase oportuno, algo que ocurrió varias veces a los largo de los siglos XIX y XX.
El control del istmo, o el posterior canal, no fue 100% panameño hasta el 31 de Diciembre de 1999.
19 comentarios:
Que barbaridad, el partido que fueron capaces de sacarle a un pedazo de sandia. No, si lo peor es que cuando no hay sandia se la inventan. Y no les da vergüenza ni nada.
Buenas noches, monsieur
Bisous
Siempre haciendo amigos por el mundo.
Donde van la cagan, hablando mal y pronto.
Un capítulo más en las vergonzantes relaciones con sus vecinos.
Preferible que te teman a que te quieran.
Cuando Monroe decía aquello de "América para los americanos" se refería obviamente a los del norte.
Un saludo.
Si no hubiera sido la sandía hubiera sido una pera, pero el clima era tenso y cualquier cosa hubiera sido aprovechada por estos machotes del colt a la cintura.
"América para nosotros" sería lo que pensaba en bueno del presidente Monroe!!!
Saludos
"Lo peor es que cuando no hay sandia se la inventan" dice, con acierto, Madame. Colonialismo de manual que han seguido practicando con total desprecio al resto del mundo.
Saludos
Xibeliuss,
Efectivamente... son los "scheriffs del mundo"
Tampoco hay que ser tan duros, lo hicieron en nombre de la "freedom" (de la suya, claro) y en contra de la injusticia, 5 centavos por una raja de sandía, ¡¡qué insensatez!!
Interesante entrada, esto demuestra que un pequeño incidente puede ser la chispa que haga explotar una situación de crispación y de tensión.
Saludos
Amigo David, la ley del embudo... ancho para mi estrecho para el resto...
Cualquier excusa para liarse a tortazos. Entonces era una raja de sandía, hoy es una cosa llamada petróleo (una fuente valiosa de energía, sí, pero los muertos siempre son los mismos)
Un besito
Como lo contaran en los libros de Historia ?
Besos desde Málaga.
Carmen,
Efectivamente los muertos siempre caen del lado del más débil, los que están en sus acolchadas poltronas de despacho sufren pocas incomodidades.
Saludos
Annick,
Pues supongo que si lees un libro americano dirán que salvaron el comercio mundial de un pueblo atrasado e incapaz de gestionarse por si mismo ... vamos propaganda...
Saludos,
En este caso fue la raja de sandía pero podía haber sido una bolsa de cacahuetes... el caso es que fue la excusa perfecta para invadir y dominar al más débil, saltándose a la torera cualquier prueba. Y por parte del resto de consulados, más de lo mismo... nadie abrió la boca a pesar de los informes presentados.
Besos.
Nikkita...
pues si hubieran encontrado cualquier otra escusa...
Saludos
Yo me pregunto hasta que punto fue fortuito el estallido del tumulto... porque parece que a los americanos les vino muy bien para ocupar Panamá al fin y al cabo.
1 saludo José Luis!!
Bragi,
El incidente parece que fue fortuito aunque esperado dado el clima, pero como apuntas seguro que todo lo demás lo tenían pensado para cuando se diera el caso.
La historia americana está llena de sucesos que les sirven de excusas para intervenir en el exterior. Solo tengo que decir una palabra: Maine. Por otro lado, esos casus belli eran cosa muy habitual en el imperialista siglo XIX.
Sobre el tratado, hace referencia a una serie de islas. Parece ser que más que para establecer bases navales, cosa que no hicieron, los americanos las querían por el guano, las excremencias de pájaro que en aquella época (desconozco si sigue teniendo utilidad hoy día) resultaban esenciales para la elaboración de fertilizante.
Un saludo
Sila,
Lo del guano es un buen apunte... creo que en la actualidad se sigue comercializando pero desde que la industria química creo los fertilizantes artificiales su peso económico ha decaído, esto no se si es bueno o malo la verdad...
Pero como dices en esa época era muy importante, Chile y Perú han tenido algún enfrentamiento violento a cuenta de la mierda, en sentido literal, del guano
Buenos días desde Panamá
Añado a tu atnado artículo sobre el tema que el Acuerdo Herrám-Cass de 10 de septiembre de 1857, fue el que impuso esas medidas contra la Confedración Granadina, nombre que ya tenía Colombia en esos años. En Panamá, le llamamos el Incidente de la Tajada de Sandía y en los Estados Unidos le llaman Watermelon War. Espero que este aporte te ayude y pronto escribiré en mi blog otros aspectos de este hecho en mi blog: asuntos-internacionales-panama.blogspot.com
Saludos
Adolfo Suárez
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