martes, 7 de julio de 2009

La Inquisición (III). La Inquisición Española

La historia medieval española está marcada por la óptica de la civilización cristiana vencedora sobre el Islam tras ocho siglos de confrontación.

Los objetivos de los reinos cristianos de la península se habían ido diferenciando al pasar de los siglos. Así Castilla y León se había centrado en el avance territorial a expensas de los reinos musulmanes y la Corona Catalano-Aragonesa en la expansión mediterránea. Finalmente estos caminos terminan por cruzarse con la unión dinástica de los Reyes Católicos.

La nueva realidad hacía que las antiguas instituciones de los reinos no sirvieran para el nuevo estado, por lo que la nueva monarquía unificada reclamaba la elaboración de un nuevo proyecto político.

La necesidad que sobresalía del resto era crear un entramado ideológico capaz de vertebrar y dar sentido al esfuerzo de la unión. En pro de este esfuerzo una vez dominada la nobleza y sometidas las órdenes militares a la tutela real solo quedaba reformar el clero, se controló estrechamente el nombramiento de obispos y se adoptaría un decidido compromiso con la catolicidad. Para reforzar todo este programa, solo quedaba un fleco suelto, los gobiernos municipales en los que los judeo-conversos contaban con grandes influencias por todo ello surgió una institución capaz de sostener sin fisuras la unidad de los españoles, unidad basada por los reyes en el catolicismo, y así el Tribunal de la Inquisición se hizo sitio en nuestra historia por espacio de más de tres siglos.

A pesar de su instauración por los Reyes Católicos, no será hasta la muerte de Fernando el Católico cuando el tribunal del Santo Oficio se consolide, ya que si bien en un principio focalizó su acción en la vigilancia de conversos, la situación política creada en Europa por la reforma protestante hizo que la Inquisición se convirtiera en una herramienta de la contrarreforma. La actuación de la Inquisición española sobre la reforma apenas afectó a personas, al contrario de lo que ocurría con los conversos, ya que el surgimiento de grupos protestantes dentro de España fue algo casi anecdótico, si que se aplicó en la censura de las obras publicadas y de su difusión, de tal forma que su actuación estaba encaminada a evitar la entrada de ideas renovadoras en España a la vez que contribuía considerablemente a la creación de opinión.

La inquisición en esta época, siglos XVI y XVII fue uno de los argumentos principales esgrimidos para la formulación de la Leyenda Negra, argumentos parciales y sesgados ya que estos abanderados de la lucha antiinquisitorial olvidaron mentar que los católicos en sus países eran represaliados (tortura y ejecuciones incluidas) sin proceso legal ni derecho a defensa (cosa que el Santo Oficio español si contemplaba). Otro punto muy ignorado es que la Inquisición solo tenía jurisdicción sobre los bautizados por lo que nunca inició un proceso contra un judío o un musulmán. Otro argumento contra la acusación de antisemitismo, comparado con el resto de Europa, es que en España en el siglo XVI se expulsó a los judíos que no se convirtieron, opción que no les dieron en Inglaterra en 1290 o en Francia en 1306, es más esta "tolerancia" hizo que desde la Alemania protestante se nos tildase de "marranos" y también desde Alemania se quedaban atónitos al ver como los españoles mezclaban su sangre con mujeres americanas, esto es, indígenas, mulatas, mestizas, etc... todos sabemos en que terminó esta obsesión germana por la pureza de la sangre. Otro mito es la quema de brujas, algo que no dejó de ser puntual en nuestro país y los procesos por brujería fueron muy pocos, algo que no ocurrió en los países protestantes o en Norteamérica donde los procesos por brujería eran iniciados por los magistrados civiles, macroprocesos como los de las Brujas de Salem no se dieron en nuestro país.

Como nada es eterno, la Inquisición en España con el paso del tiempo fue perdiendo importancia y los objetivos por los que fue creada poco a poco se fueron superando, y fue la entrada de la dinastía borbónica la que supuso el principio del fin de esta institución. La nueva dinastía traía un nuevo proyecto de estado y el ambiente e ideas de la Ilustración no eran propicios para el Tribunal del Santo Oficio, además era una institución que había alcanzado un gran poder, algo que a ningún rey absoluto, por muy ilustrado que sea, le gusta.

Los últimos coletazos de este poder, el último intento de la Inquisición por dar un puñetazo encima de la mesa fueron los procesos contra Macanaz y Olavide. Si bien con el primero la monarquía no se involucró demasiado, en el caso del segundo cuyo delito consistía en haber leído obras prohibidas, la instrucción del caso constató que altos cargos de la corte también habían incurrido en tales faltas y claro una cosa era Pablo de Olavide y otra Aranda, Campomanes y Floridablanca por lo que el tribunal se desentendió silenciosamente del caso, a pesar de esto el proceso supuso el fin de la carrera pública de Olavide.
Poco a poco el poder inquisitorial fue mermando, solo tuvo cierto repunte en su papel de censor para evitar la entrada de nuevas ideas durante la revolución Francesa.

No obstante la primera abolición de la Inquisición, se la debemos a un extranjero ya que fue firmada por Napoleón en el decreto de Chamartín el 4 de diciembre de 1808, posteriormente en 1813 las Cortes de Cádiz ratificaron la incompatibilidad del nuevo régimen con dicha institución, aunque Fernando VII la restituyó en 1814, la revolución de 1820 obligó al rey a una nueva supresión del Santo Oficio que volvió a instaurarse tras el trienio liberal, finalmente el finiquito de la Inquisición vino por decreto de la regencia de María Cristina a la muerte de Fernando VII en 1834.

9 comentarios:

Xibeliuss dijo...

Una vez más utilizando la religión al servicio del poder.
Muy interesante el párrafo referido a los países protestantes. Esclarecedor.
Saludos.

Cayetano dijo...

Leyenda negra aparte, ya sabemos, por ejemplo, que los protestantes hicieron también muchas barbaridades (Miguel Servet es un ejemplo) y en todas partes cocían habas, la Inquisición española en particular y la Iglesia en general tuvieron gran parte de la culpa del atraso cultural y económico de España. Innovar, leer, adquirir cultura, ver qué se hacía fuera de España... todo estaba en entredicho, bajo sospecha y vigilado. En el "Index librorum prohibitorum" había cantidad de obras que no se podían leer en España. Y sin lectura, sin información, sin cultura ¿qué pueblo progresa?
En este sentido, me viene a la cabeza la prohibición de estudiar en el extranjero en tiempos de Felipe II.
Cuando murió Fernando VII y se puso fin a la Inquisición ya había pasado un tercio exacto del siglo XIX y España había perdido el tren del progreso. Evidentemente por más razones que la expuesta. Una lástima.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Ha quedado en la memoria los excesos de la inquisición en cuanto a torturas y ejecuciones, pero sin duda su "gran contribución" fue en el bloqueo de ideas renovadoras, lo cual, como apunta Cayetano nos sumió en un retraso crónico que aún hoy soportamos. La conciencia al miedo de todo lo que viene de fuera es un lastre que aún no hemos soltado...

La Dame Masquée dijo...

Al historiador britanico Hugh Thomas, afirmaciones como esas le valieron que muchos de sus colegas le retiraran la palabra y todo, jiji.
Muy interesante y clarificador, monsieur, porque realmente sobre un tema que en principio parece tan conocido, por lo frecuentemente mencionado, hay tantas ideas equivocadas que sorprende. Como se suele decir, en todos los potes cocian habas. Pobres judios franceses e ingleses, aunque nadie dice nunca nada de ellos, quien sabe por que. Y a los franceses nunca les hizo falta una inquisicion para lanzarse a masacrar en el supuesto nombre de la religion, y si no vease la matanza de san bartolome, ya en la segunda mitad del XVI.

Bisous

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Cada país tiene su leyenda negra, la colonización inglesa de américa fue mucho más agresiva que la española con la población indígena, EE.UU y sus leyes de segregación racial hasta hace poco, Bélgica y sus acciones en el Congo, Japón en Korea o Manchuria, y así si vemos la historia de cada país todos tienen algo de que avergonzarse...

lys dijo...

Cada país tiene que vivir con su historia y no hay país que no esconda su parte negra, lo que pasa en España es que si quieres saber algo real tienes que acudir la mayoría de las veces a historiadores extranjeros, Bueno cada vez más los hay que se atreven a despuntar y arriesgarse a que les traten de traidor.

Me ha encantado tu post.

Un saludo

Juan dijo...

A veces a los españoles se nos hace jugar el papel de malos y muchas de esas veces solemos ser Quijotes. Desde luego que también tuvimos nuestras culpas. La Inquisición no fue tan "menos mala" como la sensación que se saca al leer tu texto. Hubo muchos crímenes. Se me viene a la cabeza la quema de brujas de Zugarramurdi, en el norte de Navarra, quemadas en Logroño. Pero, lo que es tremendo es el Sambenito que se nos ha colgado con nuestro "Santo Oficio". Te cuento que me estoy leyendo un libro recién publicado y titulado: El misterio de El Escorial, de Henry Kamen, muy interesante, y en el que se desmitifica la célebre Leyenda Negra sobre Felipe II, bulos aumentados interesadamente por los luteanos y circulos políticos.
La Inquisición en el siglo XVIII ya era un cadáver institucional. Lo que pasóes que el malvado Fernando VII la reactivó como arma contra los liberales.
Por cierto, Fernando VII cascó en septiembre de 1833.
Saludos.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Cierto, corrijo lo de 1832... fue en 1834...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Gracias Lys por tu comentario, espero seguir contando con ellos...