miércoles, 20 de mayo de 2009

San Froilán y Valdorria

Hoy tenemos una nueva colaboración del corresponsal de este blog en el noroeste hispano, Eduardo Palacios nos acerca el paraje de la ermita de San Froilán en el pueblo leonés de Valdorria:

En la foto se puede ver el enclave de la ermita en un círculo rojo :


La leyenda cuenta que el obispo Froilán, en la actualidad San Froilán, patrono de la ciudad de León y de Lugo, en sus años de eremita en Valdorria, construyó una pequeña ermita en lo más alto e intrincado del monte.
El acceso a la mencionada ermita se hace por un sendero sinuoso al borde de precipicios impresionantes:


El paisaje es sobrecogedor y de una hermosura sin igual. Está claro el buen gusto de Froilán, pues debió de pensar que de encontrarse con Dios, tendría que ser en un lugar como aquel de los montes de Valdorria.


En fin, que Froilán, según cuentan, se valía de un mulo (no estoy muy seguro si era mulo, mula, yegua o jumento, pero se entiende) para acarrear las pesadas piedras por el intrincado sendero. Pero un día, el lobo -tal vez atacado por el hambre y con menos vocación por el ayuno que Froilán- atacó y mató al animal, quedándose la empresa del eremita comprometida para su finalización.

Así que, lógicamente cabreado, el que luego sería santo se dirigió al lobo, le recriminó la acción que acabó con el servicio del buen mulo y su trabajo para la obra de santificación que se había propuesto llevar a efecto y le obligó a sustituir al mulo muerto y realizar su trabajo hasta concluir la construcción de la pequeña ermita donde se recogería para hacer penitencia y meditar.

No sé si terminaron siendo buenos amigos el lobo y el candidato a santo, pero imaginando la determinación y la manera de convencer de Froilán para imponerle semejante penitencia, me da a mí que al lobo no le haría ni pizca de gracia el negocio.

Damos un salto en el tiempo desde la leyenda hasta los años de nuestra Guerra Civil:

Valdorria era en la guerra un punto estratéjico para las tropas republicanas y posteriormente en sus montes para los maquis que estuvieron perseguidos por la guardia civil.
Realmente toda la zona del río Curueño tiene historias oscuras sobre esta época, con pueblos cuyos habitantes estuvieron divididos al 50% en los 2 bandos, denuncias entre ellos que llevaron a la huida (los maquis) o al fusilamiento de muchos de ellos.

Además los enfrentamientos que se vivieron entre los dos bandos en esta zona fueron salvajes. Casi todos los pueblos de esta zona fueron devastados en la táctica seguida de "tierra quemada".

Desde las trincheras y la cueva de ametralladoras que se ven en las fotos siguientes:


se dominaba la carretera que bordeaba el río y por donde de desplazaban las tropas nacionales:

Y finalmente una gran vista general del impresionante entorno:


La recomendación, hacer la visita y a la vuelta parar en el pueblo de Valdepiélago a tomar una botella de vino y una ración de embutidos de la zona.

Mapa de situación:















6 comentarios:

La Dame Masquée dijo...

Precioso el enclave, y con una historia inquietante. Pero yo por ahi me mataría, con lo patosa que soy. Sacandome de la ciudad hago el ridiculo mas espantoso y solo sirvo para acabar pisando caca de vaca.

Feliz miercoles, monsieur

Bisous

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Si la verdad es que tiene pinta que para ir por ahí hay que estar un poquitito en forma... eso si seguro que después del esfuerzo el vinito y demás entra mucho mejor...

Cayetano dijo...

¿Y qué pasó con el lobo al final? ¿Colaboró? ¿Se merendó al santo por pelmazo? ¿Se echó al monte como los maquis que cuentas?
Las fotos son impresionantes, pero debe hacer en invierno un frío que pela. De ahí lo que dices de la bolella de vino y los embutidos, por aquello de entrar en calor ¿No?

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Supongo que el lobo una vez terminada la obra recibió su liquidación y se marcharía con la manada,... y lo del frío seguro... no he estado en León en invierno nunca pero por lo que me cuentan... es de ole.

Juan dijo...

Las fotos estupendas, como todas las de la Cordillera Cantábrica. Yo, como senderista, me conozco esos parajes, mochila al hombro.
El maquis sí tuvo aquí, en este bello escenario su historia cruel y trágica. Te recomiendo la lectura de la bella novela y corta llamada "Luna de lobos", de Julio Llamazares, de la que también existe versión conematográfica.
Respecto al frío, no creo que te arredres, siendo de Cuenca, ciudad donde también hace un frío....... ¡de carallo!.
Saludos.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

El frio a los de Cuenca no es que nos asuste mucho, se lo que es llegar a clase con el pelo congelado... pero la montaña de Leon ha de ser peor... pero vamos como decía no he estado en invierno nunca en León... solo en verano.