viernes, 12 de diciembre de 2008

Mitos navideños (II). Belén


Pocas cosas hay más navideñas que el Belén, si acaso el árbol de navidad, aunque ambos adornos conviven en armonía en la mayoría de los hogares.

El Belén es una representación del nacimiento de Jesús en esa localidad de Judea, pero ¿nació Jesús realmente en Belén?

Los evangelios así lo recogen, pero de una forma un tanto artificial, ya que tal suceso ya no se vuelve a reseñar en todo el Nuevo Testamento, a Jesús siempre se refieren a él como el Galileo, o Jesús de Nazaret, y por ejemplo el evangelio de Marcos no hace ninguna referencia a Belén. El problema que plantea a los evangelistas del lugar de nacimiento de Jesús es que según las profecías del Antiguo Testamento el Mesías tenía que ser nacido en Belén y de la estirpe de David (Belén era la localidad de procedencia del rey David).
En el evangelio de San Mateo, José y María eran naturales de Belén que emigran a Nazaret poco después del nacimiento. Pero la crónica del nacimiento de Jesús más conocida es la del Evangelio de San Lucas, en la cual, el motivo del nacimiento en Belén era por el viaje que tuvieron que hacer José y María a empadronarse en Belén, localidad de origen de José. Sin embargo esta historia no es muy creíble, porque ¿para que necesitaban los romanos que el pueblo se empadronara en la localidad de sus antepasados y no en la de residencia? el motivo de los censos romanos era un tema meramente tributario, es decir, para organizar la recaudación de impuestos. Es evidente que ese tipo de censos eran muy impopulares, sobre todo en un pueblo con un historial de levantamientos como el judío, y en concreto en el caso de los censos la Biblia nos ofrece algún ejemplo de problemas durante la realización de los mismos:
  • Crónicas 21.1. Alzóse Satán contra Israel e incitó a David a hacer el censo de Israel.
  • Hechos 5.37. ... se levantó Judas el Galileo, en los días del empadronamiento, y arrastró al pueblo en pos de sí...
La fuerza organizativa para controlar tal trasiego de gentes de un lado a otro hubiera significado una movilización de tropas por parte de Roma de gran envergadura, algo que en esa época no se podía permitir alegremente y sobre todo en esa zona.
¿Por que? pues porque tenían a tiro de piedra al imperio Parto y la derrota de Carrae pocos años antes todavía era recordada. Es decir el disponer de sus legiones para organizar el tráfico y el orden en los caminos teniendo a un enemigo poderoso y hostil tan cerca y que podría aprovechar tal dispersión de las fuerzas romanas para atacarlas, me parece, como digo, un riesgo que Roma no iba a tomar.

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