A pesar del título la entrada no va dedicada a la transpiración de nuestros amigos los hijos de la Gran Bretaña, sino a la enfermedad que asoló Inglaterra en el verano de 1485.
La enfermedad afectó en mayor medida a varones jóvenes, sin distinción de clase social, entre los 15 y los 45 años, los síntomas eran cuadro respiratorio agudo con dolores musculares, abdominales y de cabeza, vómitos y una gran ansiedad. Pese a presentar escasa fiebre, los enfermos sufrían una intensa sudoración, de lo que le vino el nombre.
La epidemia se gestó en la costa inglesa y se achacó a las tropas desembarcadas por Enrique Tudor en Gales para luchar en la guerra de las Dos Rosas. Tras la victoria el ya Enrique VII marchó sobre Londres, ciudad en la que apareció la enfermedad a los 22 días de su llegada contando entre sus primeras víctimas al alcalde, su sucesor y a varios miembros del Consejo de la ciudad, de ahí rápidamente se extendió por todo el país a través de las vías de comunicación más importantes, y las ciudades más afectadas fueron aquellas ubicadas en importantes cruces de caminos, quedando prácticamente indemnes las aldeas más alejadas.
Cuando se producía el primer caso en una población la enfermedad se propagaba rápidamente causando una gran mortandad, aproximadamente moría un tercio de los afectados, y pasadas dos semanas igual que llegaba desaparecía. Al comienzo del invierno la enfermedad desapareció con el mismo sigilo que con el que llegó dejando un reguero de más de 15.000 muertos.
Tras sucesivos rebrotes, el último en 1551, se buscaron varias causas, las cuales fueron variando a lo largo de los años en función de la enfermedad de moda en cada época, de este modo en sus orígenes se achacó a la conjunción de influencias climáticas, astrales y de salubridad, en el siglo XIX se atribuyó a fiebres reumáticas, en 1919 tras la gripe española a una gripe especialmente virulenta, en los 60 a envenenamientos por hongos o algún tóxico contaminante de los cereales, en los 70 al cólera, en los 80 a algún arbovirus, y como no podía ser de otro modo en los últimos años se ha asociado a algún virus relacionado con la gripe aviar, por lo que el debate sigue sin cerrarse.
Fuente: Número VI de la revista Memoria, la Historia de Cerca
8 comentarios:
¡Qué barbaridad, 15.000 muertos, en aquella época!
La población quedaría diezmada en muchas ciudades.
El pánico debió ser tremendo.
Saludos
Pues si en algunas poblaciones tuvo que ser terrible...
Desde luego que las epidemias de la época preindustrial eran una aténtica maldición para esas sociedades agrarias. Las pestes eran brutales y letales por antonomasia. Recuerdo ahora la de 1348 o las del siglo XVII, como la que asoló Sevilla y acabó para siempre con su prosperidad americana. Un saludo.
La supermortalidad o hipermortalidad era por lo que veo muy frecuente cada vez que se desencadenaba una de estas terribles epidemias bajomedievales: un tercio de la población fallecía por esta razón. Terrible.
Lo difícil a estas alturas es saber con seguridad las causas de algunas. Como bien apuntas podría ser gripe aviar, alguna mutación rara y virulenta en una Europa sin medios sanitarios a su alcance.
Me llama la atención que se atribuya la expansión del SUDOR inglés a las tropas precisamente de Enrique SUDOR, perdón: quería decir Tudor.
Un saludo desde el SUDOR no inglés sino de los Madriles.
En Inglaterra fue un azote tremendo, en efecto. Lo curioso es que parecia quedar circunscrita a ese reino. Pero causó mucha mortandad: uno de los mejores amigos de Enrique VIII, sir William Compton,murió de eso.
Entonces cree usted que podria tratarse de la misma enfermedad, que muta y rebrota bajo distintos nombres y ahora es la gripe A, o tal vez la aviar?
Bisous
Es muy difícil saber que pudo causar aquello sin realizar una autopsia a una víctima. Es con la "gripe española" y costó encontrar un cuerpo en condiciones para realizarla con que pasados 500 años me temo que solo queda especular.
Hola José Luis,
Me ha encantado tu blog, tiene un contenido muy interesante y variado. No he dudado en hacerme tu fiel seguidora!
Sobre los brotes de sudores, realmente es un enigma sin desvelar que cada día nos confunde más. En el reinado de Enrique VIII, durante el verano de 1528,sólo en Londres fueron 40 mil personas afectadas por la enfermedad!
Saludos
Gracias Caroline,
por tu comentario y por convertirte en seguidora de este blog.
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