Etienne Jamet, Esteban Jamete como era y es conocido en Cuenca, nació en 1515 en Orleans (Francia) por lo que era paisano de Juana de Arco. Desde
pequeño dio muestras de su talento artístico y también de su mal carácter. Su
padre le introdujo en la cantería y la albañilería, pero el chaval se deslizó
más hacia la escultura y la pintura.
Con 20 años se vino a España y en poco tiempo dejó muestras
de sus habilidades trabajando para
algunos de los grandes arquitectos del momento, tales como Siloé, Vandelvira o
Covarrubias en localidades como Medina del Campo (Palacio de Dueñas), Carrión de los
Condes, Valladolid, Madrid, Úbeda (Sacra Capilla del Salvador), Baeza (capilla
de los Benavides), Sevilla, Toledo (Sillería del Coro), etc... Precisamente fué su relación con Covarrubias en Toledo fue lo que
hizo que el obispo de Cuenca Sebastián Ramírez de Arellano lo fichara en 1545
para la catedral conquense. Aunque si llega a saber de su carácter lo mismo se
lo habría pensado dos veces, y es que el amigo Jamete era bebedor, blasfemo,
maltrataba a su segunda esposa y era sospechoso de haber causado la muerte de
la primera, estas fechorías le hicieron pasar varias veces por la cárcel y ser
encausado por la mismísima Inquisición en mas de una ocasión por hereje,
apóstata y encubridor de herejes.
En Cuenca se quedó, convirtiéndose en uno de los referentes del Plateresco español, hasta su muerte a la edad de 50 años mientras realizaba trabajos en la localidad de Alarcón.
En Cuenca se quedó, convirtiéndose en uno de los referentes del Plateresco español, hasta su muerte a la edad de 50 años mientras realizaba trabajos en la localidad de Alarcón.
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Arco Jamete |
Allí, se hizo famoso por los escándalos que organizaba,
y es que no era raro que sus tumultos, voceríos y blasfemias interrumpieran los
cultos del templo. Sus trabajos en la catedral conquense quedaron plasmados en el
trascoro, la portada de la Capilla de Santa Elena y, sobre todo, se le conoce
por ser el autor del arco que habría de comunicar la nave del crucero de la
catedral con el futuro claustro renacentista, y que ha pasado a la historia como el Arco Jamete. José María Perez
"Peridis" describe este arco en su libro La Luz y el Misterio de las
Catedrales de la siguiente manera:
"Jamete perfora el muro de fondo del Crucero con un espectacular arco de medio punto flanqueado por pilastras sobre las que trepan, arrancando sobre ménsulas esbeltísimas, columnas de fustes acanalados cuyos capiteles corintios sujetan un entablamento. En el centro de este, a modo de gigantesca custodia luminosa, flota el rosetón circular, admirable lucera multicolor que sostiene al Padre Eterno en el triángulo superior. En la cúspide de las columnas laterales dos grandes figuras que representan al Antiguo y Nuevo Testamento montan guardia perpetua, procurando que los fieles no se separen de la doctrina verdadera."
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Claustro de la Catedral de Cuenca |
Posteriormente, cuando se construyó este nuevo claustro, que
sustituyó al antiguo gótico, sus constructores fueron tan "gañanes" que no hicieron coincidir la entrada del claustro
con el arco. En 2010 se terminó la restauración del claustro y por fin, casi
cinco siglos después, se ha conseguido hacer dicha conexión, con una solución, en
palabras de la arquitecta responsable de la restauración "entre Pinto y
Valdemoro". Tal es así que cuando transitamos por dicho arco hacia el claustro se ve
claramente que allí hay algo que no cuadra demasiado bien.
Fuentes:
La Luz y el Misterio de las Catedrades, Peridis
Wikipedia
11 comentarios:
Conocía a este arquitecto y escultor de sus trabajos en Castilla, en especial en Cuenca, pero no sabía el regalito de persona que era, maltratador incluido (aunque ello no era raro en la época) y perseguido por la Inquisición. Ya sé más de él y eso me agrada. Buen día, José Luis. Abrazos.
Por lo que veo, todo un personaje. Y los constructores eran de la empresa de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio.
Un saludo.
Paco, era un prenda el Jamete este. Yo tampoco conocía de su personalidad hasta el libro de Peridis.
Cayetano, los constructores y los que les encargaron la obra. Supongo que algún fabriquero catedralicio o algún clérigo se llevaría más de una "limosna" para tapar la chapuza...
Jamete era entonces un pieza de cuidado, al estilo del gran Caravaggio. De é conozco alguna obra como su intervención en la Sacra Capilla del Salvador del Mundo, de Úbeda, en la que trabajó codo con codo con Siloé. Algunos artistas suelen ser raros y prepotentes (no generalizo, no), peor lo de Jamete roza el delito. ¿No fue encausado nunca?
Y lo del claustro de la catedral de Cuenca tiene delito...
Saludos
Carmen, pues eso q un genio y todo lo que quieras pero al final un "joputa" de tomo y lomo
Qué misterio somos los seres humanos. Pensar que una prenda como la que usted nos describe era capaz al mismo tiempo de crear tanta belleza...
Curioso que siendo culpable o sospechoso de tanto, saliera bien librado.
Feliz fin de semana
Bisous
Dama, Jamete es un claro ejemplo que talento y humanidad no van siempre de la mano
¿Por qué los artistas son creídos y groseros? Caramba con el gabacho instalado en las riberas del Júcar.
Saludos.
Juan no todos los artistas son asï pienso en Sabina, Umbral, Cela, Almodovar, ummmmmm bueno seguro que alguno hay que no sea grosero jejejeje ;)
Jajaja me acuerdo de ese fulastre que decía eso de que "he venido a hablar de mi libro y lo que piense el personal me trae al pairo", o lops tacos de otro... galego para más señas.
Saludos de nuevo señor de Cuenca.
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