lunes, 28 de febrero de 2011

El portador de la Aurora

La diosa Aurora, según la mitología romana, o Eos, según la griega, era la encargada de recorrer los cielos durante el amanecer anunciando la llegada de su hermano Helios. Y es que la familia de Aurora es muy interesante, a su hermano el Sol, hay que añadir a su hermana la Luna. Y en cuanto a su prole, quizás los más conocidos sean los 4 vientos y el protagonista de la entrada de hoy, que de momento mantengo en el anonimato, y que podéis ver en la ilustración que acompaña a esta entrada y que lució en el Arco de Constantino de Roma.

El mito de la Aurora, parece entroncar con la tradición indoeuropéa, ya que en la mitología hindú nos aparece Aruná, que conducía el carro del dios Sol Surya.

La tarea diaria de la Aurora era el descender a los infiernos en los que abría las puertas para que Helios pudiera iniciar su labor de recorrer los cielos llevando la luz al mundo.

En cuanto a su vida sentimental, Eos, o Aurora, tuvo gran cantidad de amantes y esposos, por citar a unos cuantos, Ganímedes, Astreo, con el que engendró a los vientos y las estrellas, Céfalo, Clito, etc. Pero de entre ellos el más famoso o curioso, a mi entender, fue Títono, un mortal del que Eos se enamoró perdidamente hasta llevarle a solicitar a Zeus que le concediera la inmortalidad. El padre de los dioses accedió, pero en la petición Eos no incluyó el que le mantuviera eternamente joven, por lo que Títono fue inmortal pero fue envejeciendo eternamente, haciéndose cada vez más pequeño hasta convertirse en un grillo. En las madrugadas Eos lloraba por él y el grillo bebía sus lágrimas, que no eran otra cosa que el rocío, y cuando se le preguntaba al grillo en ese momento ¿Qué es lo que deséas? Respondía “Mori, mori, mori”, el peculiar canto de los grillos en los que este pide su deseo de "morir, morir, morir".

Otro de los hijos famosos de la Aurora fue Memnón, el cual murió luchando junto a los troyanos, siendo la imagen de Eos con su hijo muerto sobre las rodillas el icono inspirativo de las pietás cristianas, o virgen de las Angustias. En otras fuentes, es esta muerte la que provocaba las lágrimas de la diosa encarnadas en el rocío.
 
Y ya por fin llegamos al protagonista de la entrada, el hijo de la Aurora que en función de la época del año era conocido como stella vespertina o stella matutina, es decir, el planeta Venus, también conocido como Lucero del Alba. Y es este nombre de lucero el que nos da la pista definitiva del, hasta ahora, oculto personaje, ya que no es otro que el mismísimo Lucifer, “el portador de la Luz” o el “portador de la Aurora”, que haría las labores de heraldo de su madre. Si Helios era anunciado por su hermana Eos, esta lo era por su hijo Lucifer.

La primera vez que aparece Lucifer, con el significado que todos conocemos, en la Biblia es un párrafo del profeta Isaías (Is 14.12-14):

"¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón; 'Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de Reunión en el extremo norte. Subiré sobre las alturas de las nubes, y seré como el Altísimo."

Como llegó este personaje de la mitología griega y romana al Antiguo Testamento es todo un misterio para este bloguero, la pista que encuentro es que en el lenguaje bíblico las estrellas eran representación de los ángeles, y tal vez, y digo tal vez porque esto es de mi cosecha, un meteorito caído a tierra o cualquier fenómeno celeste surgido de la zona en la que es visible el Lucero del Alba pudo llegar a transmutar en ángel caído, es decir, nuestro Lucifer de toda la vida.

Fuente: Wikipedia.

6 comentarios:

Cayetano dijo...

Vamos, que los fundamentos de la religión judeocristiana, con esa Biblia como base doctrinal, están en consonancia con un politeísmo descarado, entroncando con la tradición mitológica grecolatina, con ángeles y diablo incluido. Y con un dios principal que aparece como victorioso ante Lucifer, o sea, la competencia.
Un saludo.

La Dame Masquée dijo...

No me diga!
Oiga, me deja usted pasmada.
De modo que de ahí salió Lucifer?
Buf, monsieur cómo plagiaba esta gente!
Muy interesante el dato. Habrá que investigar.

Buenas noches

Bisous

Xibeliuss dijo...

¡Sorprendente! No lo había asociado nunca, José Luis.
Por otro lado ¡mira que encierra bellas historias la mitología! Me ha encantado la de Títono.
Saludos, José Luis

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

El caso de Títono me recuerda al de La Sibila: también pidió ser inmortal a los dioses, también olvido pedir mantenerse joven, también fue enpequeñeciéndose hasta ser minúscula y frágil. Para evitar hacerle daño fue guardada en un frasco; y cuando le preguntaban a la inmortal cuál era su deseo contestaba: morir.
Muy buen artículo José Luis. Tampoco yo sabía lo de Lucifer. Un abrazo.

PACO HIDALGO dijo...

Después de un tiempo sin pasar por aquí, aparezco y me encuentro con esta delicia de entrada sobre mitología clásica. Ganímides no sólo fue amante de Eos, sino también el único amante homosexual de Zeus. Por otro lado, todo el Antiguo Testamento está basado en la mitología clásica: el mito de Noé, las estatuas de sal, etc. No es de extrañar que este ángel caído, Lucifer, entronque con el hijo de la Aurora. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos.

Ccasconm dijo...

¡Qué curioso! De modo que nuestro Lucifer, transmitido por la Biblia, era en realidad un personaje mitológico salido del mundo griego... No salgo de mi asombro. Me gusta, me gusta...

Saludos