lunes, 11 de octubre de 2010

"Hazañas" Bélicas VI. La Batalla del Cráter

La entrada de hoy va sobre Ambrose Burnside, militar de carrera en las filas de La Unión durante la Guerra de Secesión Americana, y además de esto uno de los mayores incompetentes de la historia militar. Tal era el caso que en 1862 cuando Lincoln le ascendió y le dio el mando del Ejército del Potomac, Burnside expresó al presidente que no se sentía capacitado para dicho mando, y no se puede negar, tenía toda la razón del mundo.

En 1864, Burnside y su ejército se encontraban frente a Petersburg. La guerra se había estancado en un frente de trincheras y Petersburg era lo único que separaba a las tropas de la Unión de Richmond (capital Confederada) y por tanto del fin de la guerra. El IX Cuerpo de Ejército de Burnside tenía la responsabilidad de cubrir un saliente del frente conocido como Elliot's Sallient. Una de sus compañías, la de Voluntarios de Pennsylvania contaba entre sus miembros con varios mineros y era capitaneada por Henry Pleasants, ingeniero civil de profesión. Dado el estado de estancamiento de la guerra, Pleasants ideó una forma de romper las líneas enemigas utilizando la experiencia de sus hombres y la de él mismo. Planificó construir una mina bajo las líneas enemigas y hacerlas saltar por los aires. Este plan no fue aprobado por Burnside, y el jefe de ingenieros del ejército lo calificó como de "mucho ruido y pocas nueces". Sin embargo Burnside escaló dicho plan a su inmediato superior, el general George Meade, que también poco convencido del mismo lo presentó al General Ulisses S. Grant, el cual accedió a ponerlo en marcha ya que así los hombres estarían ocupados y los libraría del aburrimiento.

En principio Pleasants iba a contar con toda la colaboración de los ingenieros militares, pero esta ayuda no se prestó, tal es así que hubieron de empezar la obra cavando con las bayonetas y utilizando cajas de galletas como vagonetas. Para apuntalar el túnel hubo de utilizar las maderas de un puente abandonado por el ferrocarril, y para realizar sus cálculos topográficos, a fin de orientar la mina, utilizó un viejo teodolito que Burnside consiguió gracias a un amigo personal que tenía en Washington.

Finalmente el 17 de Julio, Pleasants anunció que el túnel de 170m, estaba terminado y a 6 metros por debajo del reducto confederado.



Grant, empezó a ver las posibilidades que tenía el plan de Pleasants, y pasó a apoyarlo firmemente, ya que veía que podía suponer el aldabonazo definitivo a la guerra. Planificó una maniobra de distracción al norte de la posición, la cual tuvo éxito ya que Lee trasladó 5 divisiones dejando en Petersburg solo a 3.

El plan de Burnside consistía en que la mina explotaría a las 3:30 de la madrugada del 30 de Julio, tras ella de debía desencadenar un ataque del IX Ejército. Para reforzar el efecto de la mina frente a Elliot's Sallient se colocaron 80 cañones de campaña, 18 morteros pesados, 28 morteros ligeros y 18 cañones de asedio.

Hasta este momento toda la planificación de Burnisde había sido impecable, pero a partir de aquí fue encadenando despropósito tras despropósito. El primero fue la forma de elegir la división que tendría que iniciar el ataque. El IX Ejército estaba compuesto por 4 divisiones, siendo elegida la más fresca de ellas, la del General Ferrero, el problema es que esta división estaba compuesta por soldados negros, algo que no gustaba a la oficialidad, el racismo no era exclusivo de los confederados, por lo que se obligó a Burnside a cambiar sus planes, y este en vez de tomar una decisión racional en función de las capacidades de sus otras 3 divisiones dejó que sus generales se lo echaran a suertes, siendo agraciada la división del general Ledlie, la cual era la más débil y tenía un jefe pusilánime e incompetente, como se comprobaría más adelante. Además no se informó a Ferrero que no iban a encabezar el ataque y sus hombres ocuparon sus posiciones de acuerdo al plan original.

A las 3:30, de acuerdo a lo previsto se encendió la espoleta de la mina pero no pasó nada, transcurrió más de 1 hora hasta que se enviaron a dos voluntarios a ver que había pasado, y lo que había ocurrido es que la mecha se había apagado, estos tuvieron que volver a encenderla. Finalmente a las 4:45 se produjo la tremenda y esperada explosión de las 8Tm de explosivos colocados en la mina, simultáneamente 80 cañones abrieron fuego. El shock fue total, no solo para los confederados, sino también para los unionistas que empezaron a correr hacia la retaguardia, es decir, en dirección contraria a la esperada. Cuando se dominó el pánico y se comenzó el ataque, se descubrió algo realmente espeluznante, Burnside y Meade habían ordenado allanar los parapetos y trincheras de tal forma que el ataque fuera masivo, pero nadie comprobó el que esta orden se hubiera ejecutado, así las tropas atacantes se vieron dentro de trincheras de más de dos metros de altura y para superarlas tuvieron que amontonar sacos o improvisar escaleras con palos y bayonetas. Conclusión, en vez del esperado ataque masivo se produjo una salida a cuenta gotas de soldados totalmente aturdidos, sin órdenes precisas y sin un mando que los guiara, su general, Ledlie, estaba en un refugio bebiendo ron y totalmente ajeno a la acción de sus hombres.

Cuando las tropas llegaron al agujero se encontraron con un cráter de 20m de ancho por 10 de profundidad, y en vez de avanzar como deberían haber hecho se quedaron parados, algunos ayudando a supervivientes confederados y otros como simple mirones. La ausencia de mando convirtió aquella tropa en un grupo carente de toda organización militar. Burnside que estaba a más de 400m de la línea del frente era totalmente ajeno de los acontecimientos, se limitó a ordenar a sus otras dos divisiones que avanzaran, por lo que el apelotonamiento de soldados alrededor del cráter empezaba a tomar ya un volumen más que considerable.

A las 7.20 estaban ya enzarzados Burnside y Meade en una sucesión de acusaciones recíprocas, y el despropósito en el que se había convertido ya la operación aún tuvo un nuevo giro de tuerca, se ordenó a Ferrero que avanzara con su división, y lo que podía haberse quedado en un plan fallido se precipitó hacia la tragedia. Ferrero se opuso aduciendo que en el cráter ya había 3 divisiones, pero Burnside insistió. Ferrero dio la orden de avanzar pero él no tenía la intención de acompañar a sus hombres, y al llegar al refugio de Ledlie se quedó con el compartiendo el ron de este.

A esas alturas de la película el general confederado Mahone ya había organizado la contraofensiva, y procedió a atacar a las tropas unionistas en el cráter, el grito de los rebeldes era "coged a los blancos, matad a los negros".

En este momento Grant ordenó la suspensión de la operación, pero esa orden era mucho más fácil de decir que de ejecutar. Los soldados se parapetaron en el agujero y se decidió esperar a la noche para tratar de sacarlos de allí. Y allí se quedaron más de 10000 hombres apelotonados en unos 4000 metros cuadrados, hostigados por el fuego cruzado y torturados por la sed que el calor del verano les trajo.

Al mediodía, a bayoneta calada los confederados hicieron su última carga, a los soldados atrapados nos les quedó más salida que huir en estampida hacia sus líneas. Ese día la Unión sufrió unas 4000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, por contra la Confederación tuvo unas 1500.

Tras el desastre Meade pidió un consejo de guerra para Burnside, pero Grant se conformó con darle un largo permiso, Ledlie fue apartado del servicio y Ferrero salió indemne del proceso.

La respuesta de Lincoln al enterarse del desastre fue "Solo Burnside podría haber dado tal golpe, arrancando una espectacular derrota final de las mandíbulas de la victoria".

Tras la guerra Burnside se dedicó a la política, siendo tres veces gobernador de Rhode Island y senador de los EE.UU.

Fuente: Historia de la Incempetencia Militar, Geoffrey Regan

19 comentarios:

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Parece un episodio de Manolo y Benito jejeje, vaya desastre...menos mal para ellos que la guerra estaba ya casi ganada...

Un saludo.

Cayetano dijo...

Yo pensaba que estas chapuzas eran un monopolio exclusivo del país de "Pepe Gotera y Otilio", pero ya veo que no, que entre los amigos yanquis también había lo suyo. Y el que avisa no es traidor, que el chapuzas nomber one ya expresó a Lincoln su incompetencia para el cargo, pero no le oyó. Y luego, como no servía para militar, lo metió a político. Como dijo Jesús Gil de uno de sus hijos: éste, como no vale para otra cosa que se meta a político.
Y así nos va.
Un saludo.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Majestad, cierto que la guerra la tenían casi ganada... menos mal... porque el ridículo fue morrocotudo, lo que me llama la atención es lo barato que les salió a sus responsables. Si hubiera sido un soldado el que hubiera arruinado la operación no me cabe la menor duda que habría terminado ante el pelotón de fusilamiento.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Pues ya ves Cayetano, lo de militares chapuceros metidos a políticos no es cosa exclusiva nuestra... que en el país que "abandera" al mundo occidental también tienen sus ejemplillos...

La Dame Masquée dijo...

Ay por dios, monsieur, a mí me recordó a aquellos dibujos de Pierre Nodoyuna. Sin duda una de las grandes chapuzas de la historia. Vamos, para no creerselo.
Como es posible que despues de eso aun haya podido llegar a gobernador?
Qué temeridad, confiar en él para nada.

Feliz dia, monsieur

Bisous

Juan dijo...

Hola José Luis, buena entrada. creo que la Guerra de Secesión aún no está del todo bien estudiada en España, más allá de las versiones falseadas de las pelis holliwoodienses.
Saludos.

Eladio Balboa dijo...

Estupenda entrada, de Pepe Gotera y Otilio

Ccasconm dijo...

En este caso no se puede decir que el señor no avisó de su incapacidad.
Desde luego honestidad no le faltaba. Si el jefe se equiovocó fue problema suyo.

Saludos

Matou dijo...

Y acabó siendo político el muy imcompetente, descubrió muy tarde su vocación xD

Saludos!

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Vaya, vaya... Hay una impresión más o menos generalizada, y seguramente equivocada, que los sureños estaban peor organizados y sus ejércitos menos disciplinados que los de los Federados. Ya se ve que no, que en los dos bandos cocían habas, y bebían ron. Un saludo.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Dama...

De Pierre Nodoyuna o del Coyote... muy bien planificado pero fatalmente ejecutado...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Así es Juan... de aquella guerra solo tenemos las pelis americanas en las que los buenos son muy buenos y muy guapos y los malos son muy malos y muy feos.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Chapuzas a domicilio... pues si Ulisses aquí se juntaron el hambre con las ganas de comer...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Carmen... eso no se le puede negar el tipo era consciente de sus limitaciones.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Matias... parece que los defectos q tenía como militar le fueron muy útiles como político...

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

DLT... si nunca nada es blanco ni negro... siempre hay muchos matices

Xibeliuss dijo...

Sí, sí: de Pepe Gotera y Otilio... pero con 5.500 hombres muertos y heridos.
Lo siento, pero a mi me ha recordado más a "Senderos de Gloria"
Saludos, Jose

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Has dado en el clavo Xibeliuss, si los responsables de todo esto hubieran sido 3 soldados incompetentes y borrachos no hubieran tenido ningún retiro dorado, ni nada por el estilo... hubieran sido fusilados sin contemplaciones... pero como fueron generales la cosa cambia y la miles de bajas pasan a segundo plano, es así de triste si.

Charlotte dijo...

This is cool!