martes, 11 de agosto de 2009

La Batalla de Ocaña (II). Prolegómenos y desarrollo


Prolegómenos

Animada por los éxitos de Talavera de la Reina (27-28 de Julio de 1809) de Tamames (18 de Octubre de 1809) la Junta Central decide nada más y nada menos que la conquista de Madrid y con ello asestar un golpe definitivo para la reconquista de la nación.

Para ello deja en Extremadura un ejército de 12000 soldados a fin de contener a Soult (que bajaba procedente de Galicia) y con el resto de las tropas disponibles forma otro, al que se une el de La Mancha.

Sin duda es este el ejército más importante que se ha logrado reunir durante el tiempo que dura y ha de durar la guerra. Lo forman 52000 hombres de los cuales 5700 son jinetes y dispone de 55 piezas de artillería. La Junta confió el mando al general Don Francisco de Eguia, pero este no estuvo a la altura que de él se esperaba y sin enfrentarse en combate serio con el enemigo se repliega sobre Sierra Morena y pide nuevos refuerzos.

La Junta, indignada le destituye y entrega el mando a Don Juan Carlos de Areizaga, quien a las órdenes de Blake se había distinguido en los frentes de Aragón y tenía fama de valiente.
La actuación de Areizaga en esta batalla e incluso su capacidad militar esta juzgada de forma muy desigual, pues mientras Pérez Galdós en su Episodio Nacional "Gerona" dice de el que “era hombre nulo en el arte de la guerra y en cuya cabeza no cabían tres docenas de hombres” . Para el Marqués de Lozoya era un militar valeroso e inteligente, pero que como siempre disponía de tropas reclutadas deprisa, mal armadas y apenas instruidas y pasando por la opinión de Ramón Menendez Pidal que es de los que opinan que Areizaga, aunque de valor indiscutible solo poseía experiencia en el mando divisionario.

Parece ser por tanto, que pese a su valor reconocido Areizaga (que sería derrotado de nuevo por los franceses en la defensa de Andalucía el 20 de enero de 1810) no estuvo a la altura de lo que se pedía de él, y es difícil compartir la opinión del Marqués de Lozoya, pues dispuso de un numeroso ejército formado por soldados que en muchos casos aportaban experiencia de casi dos años de guerra.

El día 3 de noviembre de 1809, Areizaga abre la marcha. Las únicas posibilidades que tenía el ejército español en aquel intento de conquista de Madrid, era atacar enérgicamente a los grupos dispersos del ejército francés sin darles la oportunidad para que se concentrasen. Era imprescindible para esto recurrir a la sorpresa.

En un principio las cosas van bien y se obtienen algunos éxitos en Dosbarrios y Ocaña obligando a las tropas francesas a replegarse al otro lado del Tajo. De esta manera el grueso del ejército llega el día 8 de Noviembre a La Guardia a 30 Km. de Aranjuez.

La división que manda el general Don Luis Lacy cruza el Tajo el día 12 por las proximidades de Villamanrique, pero Areizaga indeciso no le sigue por lo que Lacy se ve obligado a retroceder.

La indecisión de Areizaga parece ser que se debe a que llueve torrencialmente y el general decide esperar a que pase la tormenta. Pero la tormenta dura tres días y en ese tiempo, las tropas francesas hasta entonces confiadas comienzan a tomar medidas de precaución y defensa.
Los tres días que permanecen los españoles detenidos en La Guardia son fatales pues como he dicho antes, son aprovechados por los franceses para ponerse en movimiento.

El Mariscal Soult, que ha sustituido a Jourdan al frente del Estado Mayor del Rey José aprovecha estos días que le regala Areizaga para situar en la zona de Talavera a su 2º cuerpo de ejército al mando de Heudelet, para oponerse a los Duques de Alburquerque y del Parque que operan en Extremadura y Salamanca respectivamente y evitar que en caso de necesidad puedan acudir en ayuda de Areizaga.

Por otra parte sitúa en la línea de Toledo a Aranjuez las tropas de Mortiner, Victor y Sebastiani dispuestas para cruzar el Tajo por el Real Sitio.

Ante esto el general Areizaga, decide abandonar el proyecto de llegar a Madrid, y cruzar de nuevo el río, ante el temor de que le pudieran cortar la retirada. El ejército francés en una operación paralela cruza el río por Aranjuez.

El primer choque se efectúa el día 18 de Noviembre en la villa de Ontígola, y aunque los españoles llevan la peor parte, muere el general francés Paris.
La caballería española en apurada situación se retira hacia Ocaña buscando el amparo de la infantería.

La norma más elemental de estrategia al enfrentarse con las tropas de Napoleón, era la de evitar la llanura, donde la caballería imperial era poco menos que invencible, pero Areizaga no tenía ya otra posibilidad que la de dar la batalla aquí, donde el terreno no cuenta con obstáculos naturales solo el pequeño barranco que hay a la entrada del pueblo por su parte oriental, a esta situación le había llevado el Duque de Dalmacia que había planteado con un gran sentido estratégico la operación.

Día 19 de Noviembre de 1809

Puestos en contacto los dos ejércitos Areizaga distribuye sus tropas en doble fila al lado de Ocaña, encargando a Lacy la protección de las líneas ante la posibilidad de un ataque rápido de la caballería.

Soult confió la cabeza de la columna de ataque al general Leval que llevaba a polacos y alemanes, apoyados por los regimientos de Werle. Situó en el centro al general Dessole con el encargo de hacer fuego por encima del barranco y entretener a los españoles por su frente mientras que la caballería de Sebastiani debía moverse por la izquierda para cruzar entre Noblejas y Ocaña y caer sobre los españoles bombardeados por los 30 cañones que el general Senarmott haría disparar desde un suave montículo, batiendo nuestra infantería y la artillería establecida entre sus claros.

Las tropas españolas se defendían bien al principio. El centro no solo rechazó el ataque frontal de las divisiones de Leval y Werle si no que los arrojó más allá de su punto de partida.
Nuestra ala derecha a pesar de resistir heroicamente, no pudo con el movimiento realizado por la caballería de Sebastiani obligando a los regimientos que la formaban a duro combate en la parte situada entre Noblejas y Ocaña.

Al advertirlo Soult ordena que Girad entre inmediatamente en acción pasando por entre los intervalos de nuestra vanguardia.Este general realiza el movimiento con gran destreza hallando fiera oposición en las divisiones de Vigodet y Copons que ante el fuego que cae sobre ellos empiezan a retroceder a pesar de los esfuerzos de Girón y Lacy por frenar a los fugitivos.
Lacy arrebata a uno de ellos la bandera del regimiento de Burgos, y seguido de algunos valientes se abre paso al arma blanca, logrando apoderarse de una batería francesa e hiriendo gravemente incluso al general Leval.

Según algunas opiniones que citan a testigos presenciales, si en aquellos momentos Areizaga hubiese ordenado el avance de nuestra caballería o de las divisiones de Zayas y Rivas, en posiciones de reserva y compuestas de tropas selectas y mandadas por generales de valor reconocido, hubiera podido, si no cambiar el rumbo de la batalla, si al menos evitar una derrota tan manifiesta y demoledora.

El general Dessoles que observa, atraviesa el barranco y entra en el pueblo mientras Sebastiani y su caballería siembra el desconcierto entre nuestras tropas.

Zayas recibe orden de atacar pero una contraorden le hace volver a su posición de reserva, constituyendo el único que podía ya oponer resistencia, pero comprendió que era imposible sostenerse ante un enemigo que avanzaba lentamente con el apoyo de sus cañones, la villa tomada, su izquierda y derecha en peligro y sin más instrucciones de Areizaga que una amplia libertad “para que obrase según como conviniera a las circunstancias” se decidió oído el consejo de otros generales por una lenta retirada hacia Dosbarrios.

Las órdenes de Areizaga que dirigió las operaciones desde la torre de una iglesia de Ocaña (posiblemente la de San Pedro que estaba situada junto a la plaza Mayor, justo a espaldas de lo que hoy es el ayuntamiento) fueron siempre confusas y contradictorias, fruto en todo momento de la improvisación.

Baste decir que ni siquiera señaló punto de retirada, si muchos de los soldados dispersos tomaron el camino de Sierra Morena no fue, por que así se lo indicaran, sino simplemente por que era el punto del que partieron.

Gráfico de los principales movimientos durante la batalla, en rojo los movimientos de tropas francesas y en azul las españolas :
(pinchar para ampliar)

9 comentarios:

La Dame Masquée dijo...

Es verdad que encima exclamó alla en lo alto de la torre lo de "menuda se va a armar"?

Caramba, monsieur, aqui cuando no es una tempestad en el mar son lluvias torrenciales en tierra, pero siempre nos tiene que fastidiar el tiempo, vaya por dios.
Lo que pasa que luego siempre salen mezclados con el parte meteorologico casos de incompetencia clamorosos, como parece que fue este.

Buenas noches

Bisous

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Lo de la frase del general Aréizaga, lo he visto por dos fuentes distintas, por lo que tiene pinta de ser verdad.

En cuanto a lo de la metereología, en este suceso no deja de ser secundario, ya que lo verdaderamente importante fue la indecisión ya que si se hubiera secundado al general Lacy en alguna de sus acciones posiblemente se estaría hablando de algo muy distinto.

Xibeliuss dijo...

El general Areizaga sería un valiente, pero como estratega, por lo menos aquí, se portó como un ceporro.
Ando estos días leyendo las memorias de Rommel: tampoco le faltaba valor y, además, estrategia y coraje para ejecutar las operaciones.
Que lo mejor que se pueda decir de un general es que era un valiente no vale para nada.
Saludos, José Luis.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Efectivamente Xibelius, el general Aréizaga volvió a lucirse con la defensa de Andalucía. En su descargo quizá podría decirse como apuntaba Menéndez Pidal que el mando de un ejército le venía grande y no tenía ni preparación ni experiencia por lo que la responsabilidad última la tendrían quienes le nombraron.

Cayetano dijo...

Muy buena entrada y bien documentada.
Muchos de nuestros más afamados guerreros, como Aréizaga, han sobresalido más como héroes o valientes que como buenos estrategas. Esto tiene mucho que ver con el carácter visceral y emotivo del personal nacional y también con la actitud valerosa pero pelín suicida de los toreros. Debe ser un mal endémico español.
Spain is different.
Un saludo.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

La visceralidad no deja de tener su poso lírico y épico, pero mal llevada trae consigo el desastre y esta vida es para los listos no para los valientes.

Juan dijo...

Vaya con el Alto Estado Mayor español. Creo que el triunfo de Bailén (julio de 1808) fue un espejismo que hizo envalentonarse a los españoles con aquél incial ejército francés de bisoños de Dupont, dada la falta de respeto que nos tenía en corso. Pero ahora era distinto,era la Gran Armèe la que teníamos enfrente y al mismo Soult a su mando, el saqueador y atracador de caminos.
Ya Talavera fue un aviso pues no fue una victoria española sino que fueron tablas. Ahora en Ocaña las cartas pintaron diferentes. La solcución ya solo podria estar en las guerrillas del Empecinado, Merino y company.
Muy buena entrada, muy bien documentada y explicada, muy amena. Eres muy buen comunicador. Desde luego que parece que has estudiado autodictamente la historia y pareces todo un licenciado en ella. ¿Estás seguro que no eres licenciado en Historia?
Saludos José Luís.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Efectivamente Juan nos las vimos con lo más florido del ejército francés en su momento más dulce, una caballería capaz de tomar el puerto de Somosierra a la carga.

En cuanto a la narración le transmitiré tu comentario a mi padre que es el autor de la misma, seguro que le hace mucha ilusión y en lo que a mi respecta estudiar historia va a ser la frustración de mi vida, eso y viajar a Egipto...

Juan dijo...

Pues dile a tu padre que comunica estupendamente. La UNED tiene las carreras a la medida de la gente adulta. Nuna ca es tarde si la dicha es buena,aunque ahora ya con la información que cada persona tiene a su disposición se puede saber más historia que cien mil licenciados juntos de antaño. Jajajaja. Saludos de nuevo.